Boca perdió en Avellaneda por su planteo y el bochorno de Falcón Pérez

Te contamos los detalles detrás de lo que fue otra actuación del único grande.

Boca sufrió su primera derrota en el año y en el Torneo Apertura 2025 al caer por 2-0 como visitante ante Racing. En un partido que se vio muchas veces en la última década en el Xeneize, no sólo por el pésimo planteo del equipo y lo light que estuvo por momentos, si no también por el escandaloso arbitraje de un Falcón Pérez que se vistió de figura de los de Avellaneda.

Fernando Gago en este partido dispuso de dos variantes con respecto al equipo que venció a Huracán, con el ingreso de Juan Barinaga por Luis Advincula y de Miguel Merentiel por Exequiel Zeballos. El técnico con su decisión terminó condicionando a Boca, que salió con un 433 en el que quedó rengo por la banda derecha por el nulo retroceso de La Bestia. Fue así que los primeros minutos fueron para Racing, que si bien no generó situaciones, con intensidad, presión alta y ganas, tuvo la pelota y provocó varias acciones de pelota parada con las que asustar al Xeneize.

Tras pasar el impacto inicial, Boca de a poco logró tener la pelota y empezó a igualar fuerzas gracias a la precisión de Palacios con los pases. El 0-0 era justo y las áreas no exhibían acciones de riesgo, pero todo se rompió por un doble error grosero del árbitro Falcón Pérez. Primero porque no cobró una jugada peligrosa sobre Juan Barinaga dentro del área, en una acción en la que la pierna del defensor de Racing rozó la cabeza del defensor del Xeneize. De ahí llegó un lateral para el local, que con una avivada del alcanza pelotas, siguió con Martiarena sacando rápido y muy fuera de la zona por la que salió la pelota, sacando una ventaja sobre el retroceso del azul y oro que finalizó en el gol de La Academia.

Para el arranque del segundo tiempo Gago puso a Zeballos por Velasco, pero no corrigió el error en la banda derecha. Pese a eso, el Chango generó un par de ocasiones y el equipo se paró más adelante, incomodando a Racing y provocando dos chances claras que falló Barinaga por rematar de zurda. Tras esto llegó la segunda gran mancha del árbitro, que perdonó la segunda amarilla a Martirena por un patadón sobre Saracchi. Jugada que minutos después expuso al pito porque Costa reemplazó a su futbolista y Gago tuvo que hacer ingresar a Fabra por la lesión del uruguayo.

Tras esto vino la última perla de Yael Falcón Pérez, que no vio una mano escandalosa de Nardoni dentro del área y el VAR lo tuvo que llamar. Pese a la contundencia de las imágenes, en la que se ve que el volante de Racing tiene la posición de su brazo en una zona indebida, ampliando volumen pese a su intención, dejó de lado el reglamento y salvó al local de la pena máxima. Tras eso, en un mal pase de Belmonte, Salas provocó una tapada de Marchesín que Martínez transformó en el 2-0.

Boca pasó de tener que tener un hombre de más y un penal a favor, a estar con dos goles abajo en un duelo en el que el primer tanto llegó por un doble error arbitral. Más allá de todos los errores de Gago en el planteo, en no corregirlos durante el juego, al bajo nivel de varios futbolistas y la falta de intensidad para jugar en un clásico en lo colectivo, lo de Falcón Pérez fue determinante. En especial porque en el cierre expulsó a Kevin Zenón con roja directa, en una jugada bien sancionada pero que no coincide con el criterio que tuvo en el partido ni en otros duelos en los que ha dirigido al Xeneize. De hecho, en un Superclásico sacó amarilla cuando en una contra los de Núñez bajaron de la misma manera al ex Unión.

Boca debe trabajar en todos sus frentes. La dirigencia porque no puede volver a tener a este impresentable de árbitro ni tampoco que la próxima fecha dirija otro ridículo como es Facundo Tello. El técnico porque hace planteos fallidos que por capricho, o mala lectura, no modifica pese a lo contundente que son los errores. Por último, es hora de que los futbolistas entiendan que en este club se puede jugar mal, pero nunca con el desgano y falta de intensidad con la que arrancan todos los partidos.