Entre propios y extraños

Boca Juniors empató con Colón de Santa Fe 0-0 y se despidió del campeonato. El equipo de Carlos Bianchi volvió a exhibir una producción de bajo nivel futbolístico y sufrió un error garrafal del árbitro al no sancionar un penal claro para el Xeneize en la última jugada. 

Un equipo sin rumbo fue a Santa Fe a intentar lo hasta ahora imposible: ganarle a Colón en su estadio. Boca volvió a fallarle a su historia y empató amargamente con el Sabalero 0-0. El equipo de Carlos Bianchi decepcionó una vez más y dejó en claro que sin Juan Román Riquelme no hay brillo ni ideas para pelear un título que ya quedó totalmente atrás.

Hubo chances, pocas, pero que ni Gigliotti ni el resto de sus compañeros pudieron marcar ante un Montoya siempre seguro y fundamental para su equipo. Colón ganó el duelo táctico en el que jugó el partido bajo sus condiciones dejándole la pelota a Boca para que se frustre por no poder vulnerar a la defensa local.  Además aprovechando las oportunidades para salir de contra para lastimar a Orion con velocidad.

El ingreso de Acosta en la segunda etapa logró un pequeño cambio en la mentalidad colectiva, logrando en los primeros minutos del complemento la mejor versión de Boca. Aún con la entrada del juvenil fue muy pobre la imagen del Xeneize, que pese a tener alguna que otra oportunidad, y quizás mereció algo más que una igualdad, volvió a jugar mal.

Como si hiciera falta aún más morbo, el árbitro Pablo Díaz tuvo un error gravísimo en el último minuto del partido en el que no le cobró un claro penal a Boca Juniors por mano de Sosa (debió ser expulsado). La bronca brotó por esta decisión decisiva del plantel de jueces, porque evitaron que el Xeneize tenga de llevarse un triunfo casi sin buscarlo.

Es así, entre propios y extraños Boca le dice adios a un campeonato más.