Boca Juniors derrotó a Palestino y se consolidó como el mejor de la Libertadores en la fase de grupos. Ahora se vendrá River.
Mayo será un mes para el infarto. Un nuevo triunfo del equipo de Rodolfo Arruabarrena dejó casi por sentado que habrá un Superclásico en octavos de final. El 2-0 a Palestino, con goles de Marín y Calleri, dejó a Boca como el mejor de la tabla general de la Libertadores – salvo un verdadero milagro de Corinthians – por lo que deberá medirse contra River, por ser el peor segundo clasificado de la zona de grupos.
En cuanto al partido, Boca Juniors tuvo un mal encuentro aún en la victoria. El equipo padeció la falta de un creador en el medio y de la falta de ritmo de varios de los que venían sin muchos minutos, como Cubas. Además, Palestino corrió como nunca por su necesidad de lograr el triunfo que lo clasifique a Octavos.
Los cambios fueron determinantes. Tras un primer tiempo sin chances, la entrada de Gago, Castellani y Vadalá le dieron otra velocidad y precisión a Boca en el final del partido. El juvenil, que ingresó con todo, tuvo tres situaciones claras que, entre el palo, el arquero Melo y un defensor desde la línea, le evitaron su festejo.
El primer gol llegó de un centro bárbaro de Castellani que Leandro Marín cabeceó cruzado a la ed. El segundo fue obra de Jonathan Calleri, que aprovechó una gran jugada armada entre el ex Godoy Cruz y Vadalá. Ellos fueron determinantes para cerrar un triunfo que deja a Boca como el mejor equipo de la historia de la Libertadores en la zona de grupos por puntos y goles a favor.
Es casi un hecho que habrá un Superclásico en octavos. Ahí estará Boca para demostrar que tiene todo para hacer respetar la historia.