Se terminó un verano negro para Boca en el que no pudo obtener ningún triunfo en los partidos que disputó. Esta noche le tocó a los chicos, que cayeron por 2-0 contra Gimnasia y Tiro en Salta.
La pesadilla se mantuvo hasta el final. La pretemporada de Boca Juniors culminó acorde a lo que fue desde su inicio: una serie de resultados negativos de los cuales hay muy poco por destacar. Esta noche le tocó a los juveniles, reforzados con algunos suplentes, palidecer de una derrota. En Salta, el equipo que dirigió la dupla de Herrera y Saturno cayó por 2-0 ante Gimnasia y Tiro de Salta.
En un marco de ilusión para los hinchas azul y oro de las provincias norteñas que se acercaron hasta el Martearena para ver al club de sus amores; el equipo improvisado como el que se presento Boca no pudo hacer pie contra el experimentado y motivado equipo local. De entrada, y desde ¡un lateral!, Gimnasia y Tiro logró abrir rápidamente el marcador para volver a amargar al mundo Xeneize.
Con un mediocampo conformado por jugadores posicionales y más de bien de marca como Rivero y Bravo, a Boca se le hizo difícil hacer pie ante la adversidad y reponerse en el resultado. Muy concentrados y con mucho entusiasmo, los salteños se aprovecharon del desconcierto Xeneize para lastimar con pelotazos largos que encontraban constantemente mal parados a los defensores. Logrando que Trípodi, tan criticado en partidos anteriores, fuera el encargado de evitar que la diferencia sea aún mayor. Pero que ni con su máximo esfuerzo, el arquero logró evitar que, cerca del cierre del primer tiempo, los locales vuelvan a marcar para ponerse 2-0.
¿Qué se puede elogiar de la actuación de Boca? Las tapadas del arquero, el correcto debut de Ruarte pese a sus 16 años de edad, la primera vez de Yamil Romero y Dylan Glaby, las participaciones ofensivas de Celeste y las ganas de Escalante, que, con poquito, fue de lo mejor del equipo.
Más allá de las falencias futbolísticas, no deja de sorprender que los dos errores más criticados sigan apareciendo: la desconcentración, que permite que el rival siempre lastime en los momentos justos; y la falta de personalidad para superar las embestidas y las derrotas parciales. El domingo comienza la verdad, se acabó el tiempo de pruebas y fallos, Boca tiene que dar vuelta la historia.
cristina sikos
4 febrero, 2014 at 18:08
El maleficio de boca ,se llama angelici & cia.Ya no me cabe duda ,que corre guita para jugar mal.