Te contamos los detalles detrás de lo que fue otra actuación del único grande.
Boca Juniors perdió el Superclásico por 2-0 en otro pésimo planteo del cuerpo técnico que lidera Jorge Almirón. El entrenador realizó un once inentendible, con una estrategia aún más insólita y dejó otra imagen de mediocridad que preocupa de cara a lo más importante: la vuelta de la semifinal de la Libertadores ante el Palmeiras.
Doble lateral por derecha con Blondel jugando de 8. Ramírez, que casi no suma minutos, desde el inicio jugando como un interno sin rol. Boca con sólo un delantero buscó salir de contra sin tener futbolistas aptos para eso, improvisando constantemente a la hora de marcar, de presionar y de resolver cuando tenía la posesión. El primer tiempo fue vergonzoso, en especial porque del otro lado se vio a un rival que exhibió todas sus falencias a la hora de jugar de visitante.
Para peor, la apertura del marcador vino otra vez de la mano de la polémica, porque la jugada previa al remate que se desvió y dejó sin chances a Chiquito Romero, llegó por una falta clarísima previa sobre Marcelo Weigandt. El horrible Andrés Merlos no la vio, no observó el VAR y dio luz verde a una jugada que tuvo que ser anulada. Pero, más allá del error arbitral, y del pésimo rendimiento del equipo, la falta de azar sumada a todos esos condimentos, fue como una bomba anímica para el plantel.
Para el complemento el técnico puso un equipo más lógico y puso en cancha a Medina, Barco y Equi Fernández, sacando a Blondel – amonestado – Bullaude y Ramírez. Boca, con muy poquito, logró por momentos incomodar a la visita y mostró un poco de la actitud mínima que se requiere en este tipo de partidos. Luego el entrenador puso a Cavani y a Zeballos, volviendo al ridículo 424, ya que sacó a Saracchi y a Campuzano.
Con esas modificaciones Boca se partió, dejó de atacar y no supo cómo lastimar por lo ridículo del esquema. Aún así, por la voluntad de Cavani, el equipo logró empatar pero el VAR lo anuló de manera muy polémica y por acomodar los frames y las líneas a su placer. Luego de esa acción el equipo se terminó de caer, quedó expuesto y en la última pelota vino el 0-2 tras un sinfín de errores insólitos en defensa.
El arbitraje pesó y pudo haber cambiado el resultado, sí, pero el problema principal de Boca pasa por las decisiones de un cuerpo técnico que más allá de no acertar, parece actuar por el miedo y en contra de sus supuestas ideas. Por momentos su falta de lógica es difícil de comprender. El jueves para el club será un partido importantísimo por lo que significa jugar esa instancia de Libertadores, pero para Almirón y su equipo lo debe ser aún más, ya que su cargo tiene que estar en juego.
Sergio
1 octubre, 2023 at 18:57
Pero te olvidas de quien trajo a este técnico fue DCdF de una vez por todas tenes que dirigir tu critica para ese lado y también al que dijo que los árbitros se equivoquen para los dos lados.
Hace rato que siempre nos cagan los referís y el riBar.
Igualmente no es el momento para criticas para nuestro querido BOCA
Tenes que apuntar para otro lado conmeBolrivar,la afaliga y los medios que no soportan que seamos el UNICO GRANDE