Un triunfo sin identidad

Te contamos los detalles detrás de lo que fue otro encuentro del único grande.

Boca derrotó por 2-0 a Independiente Rivadavia de Mendoza en La Bombonera y se recuperó de la caída ante Racing. Eso sí, más allá de los goles de Miguel Merentiel y Exequiel Zeballos, el equipo no jugó bien y sumó un triunfo sin identidad.

Quinta fecha y cuarto esquema. Fernando Gago en este encuentro volvió a modificar nombres y esquema, ya que decidió jugar con 4312. Formación que paró con triple cinco y doble nueve, teniendo sólo a Velasco de mediapunta.

Como viene sucediendo, a Boca le costó mucho el arranque del partido, no pudo tener la pelota y sufrió a Independiente Rivadavia. Ahí Marchesín fue clave, con una tapada genial, abajo y con desvio previo.

Por su parte, el Xeneize tuvo un par por los desbordes de Barinaga, que le cedió a Giménez para que eleve el disparo y a Merentiel para que la tome Centurión. A los pocos minutos Belmonte se fue lesionado, Di Lollo entró por él y Battaglia pasó a jugar de cinco.

Pese al pésimo primer tiempo, Gago no hizo cambios, mantuvo el once y el esquema. En el peor momento, cuando la gente se desesperaba, en una pared fallida entre Giménez y Merentiel, entre el central de Independiente y Centurión se chocaron y le quedó a La Bestia, que no perdonó para poner el 1-0.

Tras la ventaja llegó lo peor de Boca, con Alarcón salvando un gol con la rodilla y Marchesín sacando una pelota imposible en la que se ayudó con el travesaño. Gago reaccionó y puso al pibe Ruiz (2006) y Zeballos, quienes suplieron a Merentiel y Velasco. Con ellos cambió el esquema a 433.

Boca dejó la pelota y jugó de contra, tenienendo a Zeballos como figura. El 7 en la primera sacó un remate que entre el arquero y el travesaño impidieron el gol. Después tuvo un desborde que por poco mete Giménez y, en la tercera, tras remate de Milton que Centurión dio rebote largo, el Chango hizo un control orientado con el que gambeteó al defensor y definió de zurda para el 2-0.

Ya en el cierre ellos tuvieron una más a puro centro, pero Marchesín tapó bien con el pie. Por su parte, Gago metió a Advincula para sellar el triunfo final.

Boca ganó pero no tiene identidad. El cambio constante de esquemas, nombres y posicionea no ayuda a un equipo que depende demasiado de las individualidades. Unas que, sin confianza, sin saber en qué puesto jugarán ni cómo se moverán sus compañeros. Todo parece improvisado y no se sabe ningún tipo de características de lo que se busca tácticamente.

Llegó la hora de formar una idea, no se puede seguir así y eso es responsabilidad de un técnico que está en deuda. Ahora, el viernes ante Banfield, hay que reaccionar.