Boca es un equipo boludo

Te contamos los detalles detrás de lo que fue una pésima actuación del único grande.

Boca Juniors confirmó lo poco inteligente que es y perdió un partido increíble contra Colón en La Bombonera. Dos goles insólitos, con errores casi de amateur, costaron demasiado caro frente a un equipo que vino a intentar no perder y se llevó de milagro los tres puntos. Ni siquiera el empate parcial de Óscar Romero sirvió para evitar la caída por 2-1.

No pasó ni un minuto para que Ramón Ábila pida perdón por el gol de Colón. La llegada vino por una pelota dividida que Valentini no logró despejar, que Sández rechazó para el medio cediéndosela a un Wanchope que entró justo y, casi cayéndose y muy despacito, la punteó para el 1-0.

Desde el tanto rival el equipo mejoró y tuvo 3 o 4 ocasiones en las que pudo haber empatado. Lo hizo con mayor presencia de los volantes, con un Merentiel que se asoció bien y con Briasco siendo incisivo por sus ganas. Lamentablemente esa ráfaga de ilusión apenas fue un espejismo, ya que como le suele pasar a Boca, el equipo bajó la intensidad y terminó la primera parte siendo largo y con toqueteos intrascendentes en el fondo.

En el arranque del complemento la cosa empeoró, el equipo se partió y dejó de tener aproximaciones. Mariano Herrón apostó a Villa y Fabra por Briasco y Sández. Luego por Ramírez y Orsini por Merentiel y Medina. Los ingresos no cambiaron la historia, pero sí lo hizo el azar, ya que un remate de Óscar Romero que se iba afuera se desvió en un rival y descolocó a un Chicco que no pudo evitar que la pelota ingrese por el centro.

Colón buscó cerrar el partido y puso seis defensores en cancha. Boca padeció la salida de Fabra, quien parece que se lesionó de gravedad en la rodilla, y que provocó el ingreso de Figal. El partido pintaba para el empate por las nulas ideas del Xeneize ante un rival tan obsesionado con sumar lo que sea, pero un error increíble de Advincula al ir a marcar a Valdez y dejar su marca, provocó el agónico remate de Teuten que fue el 2-1.

La realidad es que ese encuentro fue una foto del 2023 de Boca, con errores insólitos y reacciones insuficientes. Un equipo boludo que no sabe manejar los tiempos y que tendrá que hacer magia para remontar su pobrísimo nivel deportivo.