El defensor de Belgrano de Córdoba llegó a Boca para ocupar el puesto que el Flaco Schiavi dejó vacante. Entrá y conocé un poco de la historia del primer refuerzo del 2013.
Claudio Pérez es un jugador que pese a su edad – tiene 27 años – es dueño de una gran experiencia. Esto se debe a que el defensor tiene una trayectoria importante en el ascenso. Surgió en Flandria, pasó por Atlanta, estuvo en Tiro Federal, vivió la experiencia de jugar en Chile (La Serena), en Tigre comenzó a hacer su nombre, pero terminó de explotar en Belgrano. Bianchi lo observó, miró su poderío físico, su gran altura (más de un metro noventa), y encontró en él a un jugador con el que podría contar para reforzar al equipo.
No fue el plan A. La realidad indica que la ida de Rolando Schiavi para jugar en China, obligó a Boca Juniors a ir por un marcador central de jerarquía. Diego Lugano, Cata Diaz, Walter Samuel, Nicolás Burdisso, Da Silva, Coates, fueron algunos de los elegidos para intentar ocupar el puesto que dejó el Flaco. Ante tantas negativas, la estrategia del Xeneize fue apuntar a jugadores del medio local. Ahí nuevamente Pérez tampoco fue el primer elegido, ya que Sigali, de Godoy Cruz, fue el primer tanteado. La suma insensata que planteó el presidente del Tomba (4.000.000 de dólares) hizo que la negociación no se realice. Esto le abrió la oportunidad al Chiqui de convertirse en el primer refuerzo del Virrey en su tercer ciclo.
Además de sus capacidades defensivas, Pérez cuenta de una buena capacidad goleadora (tiene más de 20 goles en su carrera), y una excelente técnica para ejecutar penales. Para el Chiqui es la oportunidad de su vida, ahora dependerá exclusivamente de su talento para ganarse un puesto dentro de la cancha. ¿Sus competidores? Guillermo Burdisso, Matías Caruzzo y Christian Cellay. De ahí saldrán los dos nombres para conformar la dupla central de Boca.
