Mundial de Clubes 2025: Boca perdió dos puntos contra el Benfica

Te contamos los detalles detrás de lo que fue otra actuación del único grande.

Boca Juniors tuvo un debut agridulce en el Mundial de Clubes 2025. Porque si bien en la previa el partido contra el Benfica parecía muy complicado, en especial por los últimos meses del Xeneize, hoy con Russo como entrenador se vio una gran versión del equipo y, tras estar 2-0 arriba con goles de Miguel Merentiel y Rodrigo Battaglia, el duelo terminó en empate por 2-2.

El equipo salió a la cancha con un 4-2-3-1 de esquema en el que rotaron Alan Velasco, Carlos Palacios y Kevin Zenón por detrás de Merentiel. En el medio estuvieron Battaglia y Ander Herrera, quien a los 19 minutos tuvo que ser reemplazado por Tomás Belmonte. Boca no salió a defenderse y, cuando le tocó hacerlo, lo hizo con las líneas adelantadas, teniendo incluso varios momentos de una presión alta muy agresiva.

Boca, pese a no dominar desde la tenencia, fue quien controló el partido desde su planteo. Algo que rápidamente tuvo efecto cuando, en una pelota larga de Agustín Marchesín, Palacios la peinó de cabeza para Lautaro Blanco, quien tiró un caño y metió un gran centro al ras que Merentiel definió con jerarquía en anticipo ante los dos centrales.

Lejos de relajarse, Boca siguió con su misma idea y, tras conseguir un córner, vino un centro al segundo palo de Zenón, un cabezazo de Ayrton Costa para meter la pelota más cerca del área chica, y Battaglia con un frentazo, mandó a guardar ante la atónita mirada de todos los portugueses. El 2-0 fue tan justo como sorpresivo, porque luego de mucho tiempo los miles de hinchas que acompañaron en el estadio se vieron recompensados por la actitud de un equipo que entendió el contexto.

Lamentablemente la primera parte no pudo terminar en paz, porque sobre el cierre de la misma el VAR intervino, llamó al mexicano César Ramos y él cobró un roce de Palacios en el área y cobró penal. Ahí Ángel Di María se hizo cargo, superó a Marchesín y lograron un descuento clave. Pero el arbitraje no se quedó en eso, porque el juez además dio 8 minutos extra en ese período, casi como empujando a los portugueses a que aprovechasen el tanto para ir por el empate.

En la segunda parte ellos pusieron a Belotti y armaron un 532. Si bien tuvieron más la pelota, no generaron ocasiones y el partido parecía controlado. Por su parte, Russo se vio obligado a sacar a Merentiel, la gran figura del partido. El uruguayo se fue reemplazado por Milton Giménez y en la misma ventana ingresó Williams Alarcón por Palacios. Estas variantes afectaron a Boca, porque si bien los del medio estuvieron muy bien, sin el uruguayo el equipo perdió desequilibrio en las transiciones y eso benefició a un Benfica que pudo adelantar más sus líneas.

El partido seguía parejo y Russo puso a Exequiel Zeballos por Alan Velasco. Además, una vez más por llamado del VAR y pese a ser una jugada burda, Ramos expulsó a Belotti por una patada desleal en la cabeza de Costa. Parecía que Boca tendría espacios y ventaja por el resultado y la superioridad de hombres, pero el equipo se fue quedando sin piernas y, en otro tiro de esquina lanzado al primer palo, vino un anticipo de cabeza para el 2-2.

Sobre el final Boca volvió a cobrar protagonismo, pero el árbitro expulsó a Nicolás Figal en una jugada ofensiva y similar a una previa en la que no sacó ni amarilla. Ahí, diez contra diez, ninguno de los dos pudo generar demasiado y el juego quedó en tablas. Ahora Boca tendrá el viernes que enfrentar a un durísimo Bayern que viene de golear por 10-0, partido decisivo que marcará el grupo, en especial porque los de Portugal juegan con un débil conjunto de Nueva Zelanda.

Fuera del resultado, de lo que pueda pasar en este Mundial de Clubes y algunos errores individuales tontos, la sensación de competitividad de Boca es lo más importante y de lo que hay que agarrarse para competir de acá en adelante.