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Semáforo

Semáforo: Arsenal – Boca

La actuación de los jugadores en el partido contra Arsenal, por la Copa Libertadores, cómo sólo Diario Xeneize te lo puede mostrar.

Verde

Pablo Mouche es un jugador que despierta en el hincha odios y pasiones.  Desde un sudamericano sub 17 que brilló se supo que era un jugador con características para explotar en la primera de Boca. A lo largo de su trayectoria ha tenido momentos muy buenos con la camiseta Xeneize, pero siempre tuvo un gran problema con la definición. En esta temporada parece que es algo que ha logrado subsanar y ya convirtió tres goles en este semestre, un record para él.

Además del gol, le imprimió desfachatez, velocidad, dinámica, y esa sensación de que cuando él tuviera la pelota, algo podía pasar. El partido fue muy trabado, sin lucidez, pero en ese marco Mouche supo siempre ser la claridad de Boca.

 Amarillo

Santiago Silva, la gran incorporación de Boca en este semestre, hasta ahora no pudo convertir ni un solo gol. Pero los grandes delanteros no son aquellos que sólo convierten, sino que hacen que los demás también lo hagan. Ayer Silva se peleó con todo jugador de Arsenal, dejó la piel en cada cruce y tuvo que sufrir las embestidas de ellos y la del árbitro. Ayer Lunatti se encargó de ignorar a Silva, todo foul que pudieran cometer no era tal, pero cualquier roce de él sería penado. El temple del uruguayo fue impresionante, pudo abstenerse de esa situación y siempre siguió intentando.

Peleó un pase de Román en el primer gol, cortinó para que Ledesma entrase solo en el segundo y dejó un taco – asistencia para que todos veamos de lo que es capaz.

 Rojo

Facundo Roncaglia, uno de los baluartes de este equipo fue en esta – rara – ocasión el elegido cómo de lo peor de Boca. En el campeonato pasado dejó cada fibra de su cuerpo para hacer más sólida la defensa. Ayer, quizás por su contrato o por el cambio constante de posición, no tuvo una de sus mejores tardes. Peleado con la pelota, desbordado por Aguirre en el primer gol, superado por Leguizamon, fue quizás lo más flojo de la defensa.

Diego Rivero,  desde los 5 minutos que parecía cansado, agotado, sin aire, y eso que no jugó el domingo. No contactó con la pelota, se cerró mucho, no fue salida y tampoco colaboración con Roncaglia para tapar a Nicolás Aguirre.

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