Lodeiro, radiografía del nuevo 10 de Boca

Un repaso por la historia, las características y el presente del enganche que Rodolfo Arruabarrena pidió para darle fútbol al Xeneize.

Alfonso Lodeiro e Isabel Benítez se llenaron de felicidad cuando el 21 de marzo de 1989 nacía en Paysandú (Uruguay) Marcelo Nicolás, el que sería el último de sus hijos y el futuro 10 de Boca. Desde chiquito, Nico se enamoró de la pelota y todo lo que tenga que ver con el fútbol. Esa pasión llevó a que sus papás decidieron llevarlo al Barrio Obrero, el que fue el primer club de su carrera.

En el 2001, siendo un niño,  disputó un torneo juvenil con su club en el que sobresalió como la gran figura. Algo que le valió el traspaso a un grande de Uruguay como es Nacional. Seis años después, luego de brillar en inferiores, llegó la oportunidad de debutar en la primera del Bolso para iniciar su carrera como profesional.

Su primer gran hito fue el Sudamericano Sub-20 del 2009, donde se ganó el mote de «la gran promesa del otro lado del charco», todo gracias a su talentosa zurda. Mientras, en Nacional, era decisivo para ganar un título local con gol suyo en la final ante Defensor Sporting. También para llevar a su club a las semifinales de la Copa Libertadores. Rápidamente el Ajax ofertó cuatro millones de euros por su pase, logrando la transferencia más importante de la historia de Uruguay hasta esa fecha. En ese mismo año fue nombrado por el diario El País como el mejor futbolista charrúa y entró al once ideal del continente.

En Holanda tuvo su primer golpe. Pese a encontrarse con su gran amigo Luis Suárez, nunca logró adaptarse al estilo del Ajax ni al fútbol Europeo. Como casi todos los enganches, sufrió el cambio de sistema y el tener que sacrificar su talento para sumar más recorrido. En tres años sólo logró disputar 27 encuentros en los que anotó 4 goles. Lo mejor de ese paso fue el haber sido partícipe de la obtención de dos ligas y una copa nacional.

La Selección siempre fue un refugio para Lodeiro. Mientras que en el Ajax no encontraba sitio, el Maestro Tabarez lo citaba para que sea uno de los 23 nombres que representaron a la Celeste en Sudáfrica 2010. En aquel gran torneo para Uruguay, Nico disputó 3 de los 7 encuentros. En el año siguiente vendría una de sus más grandes alegrías: campeón con la Celeste de la Copa América disputada en la Argentina.

Brasil fue su nueva casa tras aquella frustrante experiencia en Holanda. El Botafogo lo compró por recomendación de Sebastián Abreu. Antes, le dio permiso al enganche para que se vaya a Londres a disputar los Juegos Olímpicos. Ahí compartió plantel con Alexis Rolín; también con Emiliano Albín, aquel lateral que defraudó hace unas temporadas en Boca. Lodeiro jugó 2 partidos y anotó un gol para que la Celeste se quede ahí de la medalla de bronce.

El Botafogo significó un renacer en su carrera. Allí pudo tirar paredes con Clarence Seedorf, una verdadera leyenda del fútbol. El 2013 fue un gran año para Lodeiro, con su equipo ganaron el torneo Carioca, el trofeo Guanabara y el de Río; también fue parte del plantel de Uruguay que disputó la Copa Confederaciones.  En total, su pasó por aquel club dejó un total de 83 encuentros y 17 goles.

Su gran nivel en Brasil hizo que el Corinthians desembolsara una cifra importante para quedarse con la mitad de su pase. Pero como le pasó en casi toda su carrera, antes de disputar un encuentro con el Timao, fue con la Selección a disputar el Mundial del 2014. Lodeiro en este certamen fue utilizado casi como un doble cinco. El Maestro Tabarez lo alejó de su rol creativo y lo convirtió en un futbolista de gran esfuerzo físico. Incluso, contra Italia quedó inmortalizado en una foto en la que se lo ve yendo a trabar una pelota con la cabeza. Finalmente, su Selección cayó en octavos contra Colombia.

Luego del Mundial llegó el turno de jugar para el Corinthians, club en el que tuvo su peor paso pese al breve tiempo que pasó ahí. De entrada, y casi como un presagio de lo que sería su estadía, se lesionó el pie por culpa de una jabonera que lo golpeó con contundencia, retrasando su debut por un par de días. Si bien siempre encontró apoyo en el entrenador Tité, los hinchas le hicieron la cruz luego de unos malos primeros meses en los que le costó adaptarse a jugar tirado por una banda.
Si bien a finales del 2014 y a principios de este año levantó su nivel, la relación con la torcida del Timao estaba rota y hacía imposible que continúe en el club. Arruabarrena lo marcó como su prioridad y Boca lo fue a buscar con insistencia, aún frente a un Tité que no quería desprenderse de su armador. Las ganas de Nicolás Lodeiro fueron decisivas para inclinar la balanza y para que él hoy se encuentre en la Argentina.

Naturalmente enganche. Destacado como segunda punta. Reconvertido en doble cinco y con un paciente como extremo ofensivo. Nicolás Lodeiro es un jugador creativo que llega a Boca para aportar su experiencia, su talento y su pegada.

«La camiseta de Boca merece ser tratada con respeto», dijo con mucha madurez Nicolás Lodeiro en su presentación. Hoy empieza a escribir la que puede ser su página más importante en su historia.