El volante central dio una extensa nota en la que dejó grandes conceptos de su visión del juego, de las diferencias del fútbol cuando él era un juvenil y de su cariño por el Xeneize.
Fernando Gago fue entrevistado en un mano a mano con Cancha Llena y por el periodista Christian Leblebidjian. Estas fueron sus mejores declaraciones:
¿Sigue disfrutando el fútbol?
Lo disfruto. El día en que no disfrute entrar a un campo de juego, no voy a hacerlo más. Prefiero buscar la felicidad en otra cosa. Pero esto es mi vida, el fútbol.
¿Cuánto hay que cuidarse ante tanta cámara? ¿Cómo influyen las redes sociales?
Por ahí se nota más que hay muchos programas, pero uno debe igual mantener la privacidad. No sólo del vestuario. Porque hoy pasa algo en un vestuario y, a los 30 segundos, ya está en twitter. Antes, hace diez años, por ahí las cosas también se sabían, pero tardaban un poco más. La sociedad está así, no sólo el fútbol. Y uno debe adaptarse.
Las diferencias de cuando él era un chico y el ahora:
Hoy un chico que sube de las inferiores tiene más facilidades para llegar, para firmar un contrato. Cuando a mí me tocó debutar en primera división no pasaba eso. Pensar en jugar en primera y llegar a ese vestuario era una sensación única.
Distracciones tienen todos los chicos de 17, 18 años. Hasta un grande. Es normal. Pero el enfoque del objetivo del vestuario tiene que ser claro, eso está bueno que ellos lo aprendan y lo puedan hacer.
El vestuario:
Hay veces que escucho cosas que no son ciertas. Acá en el vestuario no hay nadie que sea más importante que otro. Somos un grupo en donde cada uno tiene palabra y poder de decisión. Se hablan cosas y se toman decisiones como en cualquier trabajo, pero para buscar la mejor armonía para el vestuario y para dentro de la cancha.
Su diálogo con los chicos:
Tuve compañeros más experimentados que no tenían esa forma de manejarse, que no hablaban. Lo evitaban y no era un problema. Yo ahora trato de ayudarlos en lo que me corresponde y nada más. Después cada uno tiene su vida y su opinión.
¿Qué significa ser capitán?
Es algo muy lindo. La verdad es que ya en las inferiores me tocó ser bastante capitán y en varias divisiones. Y ahora también en primera, aunque el capitán es Daniel Díaz, yo soy subcapitán. Sino se me va a enojar el Cata… (risas). Pero el sueño más grande de mi vida fue haber debutado en primera con la camiseta de Boca. Aquél día ante Quilmes (5/12/2004, triunfo por 1-0). Fue por lo que trabajé y me esforcé, el objetivo que me propuse desde los 4 años cuando empecé a jugar a la pelota. Después pasaron cosas que fueron duras, pero hay que seguir. Hoy lo disfruto, pero más por el pasado, mirando para atrás y viendo todo lo que me costó llegar.
Es tratar de que todos estén bien, que ninguno tenga un problema no sólo futbolístico, sino también personal, que tengan la confianza de hablarlo con nosotros o con cualquier compañero. Acá nadie es dueño de la palabra o que alguien diga algo y se hace eso. Se van dando decisiones entre todos. Cuando pasa algo, en el fútbol es muy sencillo: hay momentos para hablar, hay momentos para no hablar. Los resultados son importantes. Esto es así hace 20 años, es así hoy y será así dentro de 20 años.
¿Qué fue modificando en su juego?
Muchas. La experiencia, incluso la forma de vida te va cambiando. Hay cosas que de chico no las veías, cuestiones de posicionamiento; a los 18 años había un desgaste físico mayor y hoy se regula un poco más con una reubicación táctica. Al principio me dejaba llevar por la pelota y era un defecto para mi posición. Eso, con el tiempo, lo corregí.
¿Se siente líder?
Hay una idea que es clara y la maneja el técnico. Después hay detalles que se van dando durante los partidos que tenemos que corregir nosotros, sea yo o quien le toque jugar. Por ahí desde mi posición se ve el juego distinto o desde Agustín (Orion). Desde ahí se ven los errores y uno apunta a corregirlos. Pero siempre dije que desde que juego al fútbol me siento importante en el sentido de tratar de darle lo mejor al equipo. No hoy ni antes. Yo siempre fui de la misma forma, para jugar y para manejarme en el ambiente del fútbol. Desde el día que debuté en primera, a los 18 años, que doy indicaciones en la cancha.
Su personalidad:
Siempre dije que una de mis grandes virtudes fue haber jugado con 18 años en primera como lo sigo haciendo ahora. De la misma forma. No cambié mi estilo por jugar en la primera división, al contrario. Es más: te digo algo. Mi estilo de vida, mi forma de ser, siempre fue igual, desde los 14 años hasta el día de hoy. Tengo cinco amigos que son mis cinco amigos desde los 6 años y son con quienes disfruto; obviamente mi familia, ahora mi hijo, algunas cosas van cambiando pero la esencia siempre fue igual.
Dar indicaciones, algo que lo acompaña desde su debut:
Yo tenía el objetivo claro de que Boca tenía que ganar. Me tocó debutar en diciembre y el equipo ya estaba armado, había jugadores de renombre y era difícil, pero todo lo que haya que hablar para mejorar el equipo, hay que hablarlo; debe ser así. Hoy, si Andrés Cubas dice algo, está en todo su derecho y por ahí hasta tiene razón porque él ve el campo desde más atrás, desde otra perspectiva. Volví a ver varias veces el partido ese del debut y fue la emoción más grande porque lo mejor fue haber tenido en la tribuna a mi papá y mi mamá.
¿Alguna vez algún compañero se enojó por alguna queja, gesto o indicación?
No. Si tenemos muy buena relación con todos… Es más: me tocó jugar en el Real Madrid con cada nombre y yo tenía la misma forma de ser. Jamás me peleé con un compañero por eso.
El fútbol es igual en todos lados: 11 contra 11, tratar de buscar un buen funcionamiento. Hay técnicos que te piden ser más verticales; otros tener una mayor posesión de la pelota, otros defender más. Pero todo eso se logra hablando. No se puede jugar al fútbol sin hablar. La comunicación es lo fundamental: si yo salgo a apretar, por dar un ejemplo, y dejo descuidada la mitad de la cancha, complico a los defensores. Entonces, la comunicación tiene que existir.
¿Es más autoexigente?
Sí, en todo. Me enojo conmigo mismo después de volver a ver un partido porque erré tres o cuatro pases que por ahí eran sencillos o porque elegí mal la opción. Durante los partidos, si el error es muy notorio, me enojo obvio en el momento, pero bueno, termina ahí. Entonces trato de corregir esas cosas.
¿Es un hábito volver a verte en los partidos?
Sí, lo hice siempre, desde los 18 años.
En 2004 tenía como referente a Redondo. ¿Hoy qué jugadores admira?
Me gustan mucho Andrea Pirlo y Daniele de Rossi. A De Rossi lo tuve de compañero en la Roma y es un jugador extraordinario. Por ahí mi estilo de juego puede ser más parecido al de Pirlo, pero son dos jugadores que me sorprendieron mucho. Me gustaría tener la pegada de Pirlo. No estaría mal eso…
Su nueva llegada al área:
Sí, por la posición, juego más adelantado si por detrás juegan Erbes o Cubas. Igual, prefiero sumar una asistencia que hacer un gol.
Cuando jugó de defensor central:
Con Juande Ramos también jugué un par de partidos de central. Una vez estábamos empatando con el Real y teníamos que ganar porque Barcelona se escapaba. El técnico sacó un central y me puso a mí para hacer la salida y generar superioridad numérica en la zona de volantes. Jugué 35 minutos ahí, hicimos la diferencia y después hizo entrar a un defensor y volví a mi posición.
Me gustó. En infantiles e inferiores también jugué de central algunos partidos. Me gusta la posición, es más fácil, tenés más espacios para jugar. Igual hoy no lo haría, pero quizás dentro de tres años… Tendría que probarlo. Por características no tengo la altura que suelen buscar para defensor central, pero uno de los mejores en el puesto fue Ayala y tampoco era muy alto.
Lavolpe:
Ese equipo venía de ganar todo en la temporada 2005/2006. La idea de él era muy buena, porque hay varios equipos que juegan de esa forma, aunque en el fútbol argentino no estamos acostumbrados. Y encima no hay tiempo para trabajar. La Volpe estuvo tres meses en Boca. Se perdió un campeonato que la verdad fue inexplicable como se dio. Pero son formas de ver el fútbol, de entenderlo.
¿Lo entendiste recién cuando te tocó ir a Europa?
Es que no me tocó un técnico que quiera jugar con línea de 3. No tengo dudas que es un sistema que puede servir, pero no es fácil y necesita un proceso de adaptación importante. Después estaba la situación de jugar con un solo 5 o con doble 5, pero yo había jugado con otro volante cerrado. No pasó por ahí, sino por un funcionamiento general, tanto para la recuperación de la pelota como para la forma de atacar. Porque hay veces que ser tan estricto con el sistema táctico te quita sorpresa. Ojo, esto igual jugando con línea de 3 o de 4. Pero también el jugador decide y en eso no tiene que ver el técnico.
¿Se sigue preguntando por qué perdieron ese torneo con Estudiantes (Apertura 2006)?
Sí y no… No hay respuesta. Fue, junto con la pérdida de la final del Mundial con Alemania, los dos golpes más difíciles de digerir.
¿Cuáles fueron los técnicos que más lo marcaron y por qué?
Yo arranqué con el Chino Benítez, después, Basile, La Volpe, Capello, Schuster, Juande Ramos, Mourinho, Luis Enrique en Roma; Pellegrino y Valverde en Valencia. Me gustó mucho la idea de Luis Enrique en Roma. La de Juande Ramos en Real, la forma de ser de Mourinho en el temperamento, en el carácter. Schuster tenía una idea de juego importante, su forma de entrenar. Igual todos me dejaron algo, aunque el fútbol va cambiando y se va haciendo más moderno.
¿Quiere ser técnico?
Sí. Hoy digo que sí, mañana por ahí no (risas). Estoy haciendo el curso. Me gustaría. Por ahora tengo ganas de seguir jugando muchos años más. Me gusta, lo disfruto. El día de mañana… Me gusta ver los partidos, analizar los sistemas tácticos; fijarme sobre el manejo de los grupos, de trabajar en un campo y de dirigir. Pero para eso falta.