El equipo de Rodolfo Arruabarrena derrotó a Lanús por 3-1 como visitante y quedó en la cima del campeonato junto a River Plate, su próximo rival.
A los 55 segundos del partido llegó el mazazo de Lanús. El Granate sorprendió a Boca con un jugadón que culminó en el 1-0 de Ayala tras un amague delicioso de Melano en la previa del remate de gol. Esa acción puso al Xeneize por primera vez en el campeonato con la obligación de demostrar personalidad para dar vuelta un marcador, y vaya que sí lo hizo, al quedarse con el encuentro por 3-1 con carácter y fútbol.
La reacción fue inmediata. Cubas se adelantó junto a los centrales para achicar en ataque y romper con la presión de Lanús. Pérez y Lodeiro, más arriba, empezaron a moverse para apoyar a los delanteros. A ellos se les sumó, con criterio, Colazo y Peruzzi por los costados. Así, de a poco, Boca fue demoliendo al Granate para revertir la historia.
La insistencia dio sus frutos por una zona que sería clave, a la espalda del uruguayo Silva. Pablo Pérez, que cambió fútbol por nervios, metió un bochón a la espalda del lateral derecho que Federico Carrizo cambió por gol al sorprender a la defensa con un cabezazo cruzado y de primera.
El empate incentivó aún más a Boca, que se fue al descanso mereciendo el segundo, pero que salió en el complemento con una actitud voraz que fue determinante para el triunfo. El cambio de Arruabarrena, ofensivo, en el que mandó a Castellani por Cubas también terminó siendo decisivo. El Xeneize jugó sin un volante central de marca y a puro toque empezó a generar situaciones contra el arco de Monetti.
Pese a ser superior, el quiebre en el marcador lo logró por el arma preferida de Lanús, en una transición rápida. Tras un corner, Sara descolgó el centro y se la dio rápido a Osvaldo, que controló, esperó y largó un pase sensacional para que Pavón desnivele a Gómez – otra vez por la zona del 4 – y defina al primer palo de Monetti para el 2-1.
Este gol permite tres pequeñas reflexiones: 1- el arquero fue decisivo, tapando varias claras que pudieron costarle puntos a Boca. 2- El delantero no tuvo una buena noche, pero volvió a ser clave al dar una asistencia de lujo para dejar al Xeneize en ganador. 3- Por último, se destaca la personalidad del juvenil cordobés que se animó a ir por todas y debutó en la red con la azul y oro.
El final del partido dejó a un Boca impreciso para cerrar el juego en las muchas situaciones que creó, pero que terminó celebrando otro gol gracias al penal que sufrió y convirtió Nicolás Lodeiro para el 3-1 final.
Punta, invicto y mucha confianza. Boca tendrá tres Superclásicos en las próximas semanas para poder empezar a escribir un nuevo capitúlo sagrado en la historia del club. Hay material para soñar.