Hoy se cumple un nuevo aniversario de una de las tragedias más grandes que vivió Boca Juniors en su historia. Hace 47 años fallecían 71 personas sofocadas en el Monumental por culpa de la inoperancia del Estado y los encargados de organizar aquel encuentro.
La pasión se transformó en locura y desesperación cuando la gente comenzó a darse cuenta lo que realmente pasaba. El horror brotó de un lugar que era inesperado hasta el momento: hace 46 años – el 23 de junio de 1968 – fallecían 71 hinchas de Boca a la salida de un Superclásico jugado en el Monumental por la corrupción y la negligencia del poder.
La «puerta número 12» terminó convirtiéndose en un símbolo que estremece y provoca un profundo dolor a todos los hinchas de Boca. Aquel fatídico día en el que cerraron el acceso de salida pasó de una simple avalancha a uno de los hechos más horrorosos de la historia de la Argentina y nuestro fútbol.
Entre los dirigentes de River Plate, el Estado y la policía se pasaron las responsabilidades del error y la muerte por asfixia de 71 personas inocentes, entre las que se encontraban muchos chicos y que sigue impune hasta el día de hoy. De hecho, inicialmente hubo dos dirigentes del club de Núñez que fueron procesados por ser sospechosos de negligencia, pero la Cámara de Apelaciones – que era comandada por un gobierno de facto – dejó el procesamiento sin efecto y la causa fue archivada.
La compensación económica para los familiares y sobrevivientes fue penosa. Incluso la AFA, siempre manchada de corrupción y sangre, obligó a los damnificados a omitir juicios para poder cobrar la pobre recompensa monetaria. Sólo Nélida Oneto de Gianolli y Diógenes Zúgaro se animaron a llevar el caso a la justicia para poder defender sus derechos de una forma correcta.
«En un principio era una avalancha normal, pero después se acrecentó. Iba por el aire, sin tocar el piso. Algo empezó a salir mal. La avalancha se detuvo. Cada vez estaba más apretado. Había gritos de pánico, de mucho miedo. La gente que estaba abajo quería subir. Estábamos uno arriba de otro bajo una terrible presión que no dejaba respirar. Me caí y después me desmayé. ¿Cuál fue el motivo de la tragedia? Nunca lo conocí. Yo me salvé de milagro. Quizá gracias a la gente que me ayudó porque era el más joven de todos y porque la avalancha se detuvo cuando yo estaba en un recodo de la escalera. Apenas tenía 14 años. Nunca más fui a ver a Boca«, relató Miguel Durrieu, uno de los sobrevivientes.
Lamentablemente Boca Juniors como institución no trata este suceso con la gravedad y el compromiso necesario. Es una deuda histórica del club comenzar a homenajear como se merecen estos 71 hinchas, que literalmente dejaron la vida por su pasión.
También es necesario que el hincha los mantenga presentes, porque fueron ellos y merecen el eterno respeto. Pero también porque hay que estar consciente para evitar que alguna vez haya un nosotros.