El equipo de Los Barros Schelotto cayó como visitante con Tigre y quedó muy lejos del campeonato y la lucha para entrar a la Libertadores 2017.
La rotación no funcionó. Los suplentes no estuvieron a la altura y dejaron muy complicada la situación de Boca Juniors de cara al campeonato y la clasificación a la próxima Copa Libertadores. El 0-2 contra Tigre dejó muchas dudas en torno a la calidad del plantel.
Boca Juniors no tuvo fútbol ni rebeldía frente a un Tigre que se aprovechó de un equipo light. Los suplentes no tuvieron el hambre de gloria para convencer a Guillermo de darles más minutos y, durante todo el primer tiempo, casi no inquietaron a un Matador que a lo largo de todo el torneo enseñó una gran fragilidad defensiva. Recién con el ingreso de Fernando Gago, que debió suplir a un Rodrigo Bentancur lesionado, el Xeneize se animó un poco más en los 45 minutos iniciales.
La jugada más determinante del partido se dio en el complemento. Jonathan Silva lanzó un centro que Andrés Chávez, de manera increíble y en el área chica, falló al cabecear afuera cuando tenía a Javier García vencido. Esa ocasión fallada por el delantero cuando iba 0-0 levantó a Tigre, que luego aprovecharía las fallas de los dos laterales y el arquero de Boca, para sellar el 2-0 final.
Ni Tevez ni Carrizo, que jugaron parte del segundo tiempo, pudieron contagiar a un equipo totalmente desdibujado. Otra vez más el plantel de Boca falló en un aspecto imperdonable para la mitología del club: la falta de energía para ir en búsqueda de modificar un mal resultado.
Boca con esta derrota quedó a once puntos del líder Lanús y a 6 (pueden ser 8) del escolta, puesto que clasifica a la Libertadores. De esta manera, las únicas chances de estar en el máximo torneo internacional en el 2017 son ganar la actual edición o ganar la Copa Argentina.