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Editorial

El partido del año: salvar La Bombonera

Se viene el momento más importante para Boca y no es el Superclásico. Hay que cuidar al templo e informarse antes de que lo intenten jubilar.

Boca está a punto de jugarse un nuevo cruce copero -de tipo internacional- contra su rival de siempre. Éste será el cuarto de la historia. No vamos entonces a decir que algo que ya pasó tres veces (y que ganamos todas) y que es el partido del año. No, no vamos por ahí.
Hay algo mucho más importante que un partido o una llave de Copa Sudamericana en juego: estamos hablando de La Bombonera.

Ese es el partido del año, del siglo, de la vida. La Bombonera no es un mero estadio de fútbol, es un Templo Sagrado que vive y te hace vivir, que late y te hace latir. Que traspira a la par de los jugadores. Que lucha, que grita y te hace gritar, que te atrapa y una vez que entrás, no te larga; pero uno tampoco te querés ir. Eso es La Bombonera. Un mito, es una cuestión de fe. Es el corazón de Boca Juniors. Y Boca Juniors es la vida misma de muchos de nosotros.

En el día de ayer, la Comisión de Planeamiento de la Legislatura Porteña aprobó el proyecto de ley presentado por el vicepresidente de Boca Oscar Moscariello (quien no conoce la cancha de Vélez y es a la vez legislador de la Ciudad por el PRO) para rezonificar dos manzanas dentro de la zona llamada Casa Amarilla. Hoy están deshabitadas y son varios quienes pugnaron por hacerse de esos lotes, como ser asociaciones barriales en búsqueda de construir viviendas sociales.

Lo que se puede presentar como una cesión de terrenos a favor de nuestro club, es decir, agrandar el patrimonio, conlleva un cargo ineludible: allí sólo se podrá construir un estadio. Ese es el motivo nada oculto de la cesión de las parcelas. Yo apoyo la cesión sin el cargo o, mejor dicho, con una rezonificación que permita todo tipo de construcciones, desde playa de estacionamiento, hacia canchas de fútbol, habitaciones para inferiores, etc. Lo que Boca Juniors quiera, precise o desee construir. Pero no, la rezonificación posee un solo objeto. Espero equivocarme y que no sea ese único objeto, pero es lo que averigüé. Repito, ojalá me equivoque, hasta pago por estar equivocado.

Como señalamos, ya dieron el puntapié inicial: la Comisión respectiva que debía tratarlo ya lo elevó. Vanos -pero muy necesarios y agradecido que estoy por ello- fueron los esfuerzos de representantes de Juntos por Boca, Boca es Pueblo y Boca es Nuestro hicieron en explicar lo riesgoso que es para nuestro Templo Sagrado que significa el seguir avanzando con el proyecto. Sus palabras fueron muy gratificantes. También se opusieron asociaciones vecinales y otros, además de los representantes en Comisión del FPV y Pablo Bergel (quien comparte bloque con Gustavo Vera). Ahora el proyecto y deseo de Moscariello -vicepresidente de Boca- será tratado en el recinto.

Para el Macrismo, la construcción de un nuevo estadio no es nuevo. Mauricio Macri quiso trabajar en el fútbol de Mar del Plata y ya en Boca tuvo en mira los predios de Deportivo Español, Comunicaciones, Ferro y Huracán. Hasta tuvo la ridícula idea de querer construir un estadio con los exvecinos y futuros rivales coperos. La idea siempre estuvo dando vueltas, lo único positivo es que aceptaron no mudarse de La Boca.

Volvamos al presente. Como todo proyecto de ley aprobado en recinto, el mismo avanza: De los 31 votos necesarios para que se apruebe la ley, el PRO cuenta con 28 legisladores propios. Moscariello y Pagani son también dirigentes de Boca. María Spalla es la presidenta de la Comisión donde se trató el proyecto. Ritondo inunda la ciudad con carteles que dicen “Un PRO como vos” mientras espera el ascenso de Nueva Chicago. Iván Petrella cuenta con un doctorado en religión, pero desconozco si se confiesa en La Bombonera como yo lo hago. El platense Daniel Lipovetzky es hincha de Boca y vicepresidente del Colegio de Abogados de la Capital Federal, dado que el PRO (con Angelici incluído, pues es abogado) formaba parte de las listas de Gente de Derecho. Carmen Polledo, ex COAS (Cooperadora de Acción Social, ente que equipa hospitales de la Ciduad) viene de otra ONG que se nutre el PRO, la cual fue beneficiada por una ley ad hoc en 2009, -se le eximió el pago del cánon por la utilización del Centro de Exposiciones de la Ciudad de Buenos Aires (para la 32° Feria de las Naciones)-. Otro es Juan Pablo Arenaza (de Unión por todos, el partido de Patricia Bullrich, cuyo nombre escuché por primera vez cuando dijo que era prioritario para la Ciudad dictar una ley contra los trapitos. Entiendo que hay otras prioridades, pero mejor es que se ocupe de ello y no de los terrenos en Casa Amarilla). El correntino Helio Rebot, histórico legislador porteño del PJ desde 2003. También está Federico Salvai, esposo de la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, etc. No busquemos soluciones por acá. Simplemente roguemos que la gente del PRO encuentre motivos más importantes que estar en su lugar de trabajo -y votar-, como pasó cuando se cayó una obra sobre un gimnasio y murieron dos personas. En ese caso, Oscar Ríos, funcionario titular de la Agencia de Control -encargada de habilitar las obras civiles-, le pareció más importante ir a la Bombonera y votar en contra de la renovación de contrato de Juan Román Riquelme. Ríos se inmoló y perdió su cargo en la Ciudad, Angelici se hizo famoso y la actual CD se quedó con dos departamentos claves en Boca: peñas y socios. Pero que lo importante no implique tragedias, por favor, nada de violencia.

Entonces, aún siendo algunos Bosteros, no podemos esperar que los legisladores PRO se opongan al proyecto pues son sus creadores. Es que si los asambleístas del oficialismo en Boca aprobaron la explotación del Museo por diez años, uno sólo puede esperar que voten a ciegas. Como ocurrió en aquella triste asamblea que terminó a los sillazos, con 12 socios sancionados y la historia de Boca privatizada.
Repasemos los otros 32 legisladores. Éstos se dividen en 10 del Frente para la Victoria, 4 de Suma + (un desmembramiento de UNEN, que incluyen a Estenssoro y Juan Francisco Nosiglia -hijo del Coti, pieza clave para la llegada de Macri a Boca-), 3 de Nuevo Encuentro, 2 del Bloque Bien Común (otros ex UNEN, dónde está Vera, el representante de la Fundación La Alameda), 2 de la Coalición Cívica-Ari, 2 de confianza pública (uno de ellos es Graciela Ocaña), 2 del Frente Progresista Popular de Aníbal Ibarra con más los monobloques del PJ (Claudio Palmeyro, del sindicato de peones de taxis), Claudio Marcelo Ramal (FIT), Bodart (MST), Partido Socialista, Partido Socialista Auténtico, Javier Gentilini de Proyecto Sur y Pablo Ferreyra (hermano del asesinado Mariano Ferreyra) de Seamos Libres. Uno puede presumir que los 10 del FPV, los 3 de NE, los 2 de Bien Común y los del Frente Progresista con más los siete monobloques votarán en contra del proyecto. Pero hacer futurología es un error, grosero error.

Lo que, pienso, hay que hacer es trabajar uno por uno a los 60 legisladores, y explicarles que la mudanza de la Bombonera y/o la construcción de un nuevo estadio para muchos hinchas de Boca es una herida incurable.
Y menos en tiempos en los que no ha cicatrizado la pérdida de los colores a favor de casacas violetas, rosas o verdes flúo; o la abrupta salida de dos de los más importantes (para mí los más importantes, y por ello les dediqué un libro) ídolos del club; o la cesión a manos privadas de la historia: o que hayan querido atrincherarse al manejo de una Fundación que ellos crearon (que lleva el nombre de Fundación Social Boca Juniors) más allá de sus mandatos.

No, no es momento de seguir golpeando la identidad xeneize, necesitamos paz, no que nos sigan dividiendo cada vez más. Necesitamos estar juntos por y para La Bombonera. No hablo de unidad de agrupaciones ni de proyectos, sino de la Bombonera, algo mucho más importante que una coyuntural elección.

Se vienen 45 días de audiencias públicas para algo que parece tener el destino sellado. Todos los que fuimos ayer a la Legislatura debemos multiplicarnos exponencialmente. De cientos a miles y de miles a decena de miles. Hacernos oír, hacernos ver, movilizarnos, marchar, convencer, pero sin violencia. La violencia está en quitarnos la Bombonera. No se puede responder con violencia a un hecho de por sí triste e irreparable. Es convertir en mártir al verdugo. La batalla, en el buen sentido de la palabra, va por otro lado. A lo Boca, con garra y pasión, con amor e incondicionalidad. Con la azul y oro puesta.

Empezó el partido del año, del siglo, de la vida, y vamos perdiendo uno a cero. Esto se da vuelta… ¡A LO BOCA!

Por Leandro Valdés (@leandrovaldes12)

1 Comment

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  1. cristian

    1 diciembre, 2014 at 20:37

    amigo me gustaria saber ya q estuviste presente cuando aprovaron esto que una vez terminen los tiempos parlamentarios se votara otra vez me podes decir q sabes de esto o como es? cuando sera la proxima votacion ? esta a confirmar nadie sabe nada espero q me contestes por aca o por el email! si es por aca mejor porqe lo vere

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