El equipo de los Barros Schelotto volvió a sumar de manera agónica y terminó evitando una derrota que hubiera sido inmerecida.
Boca Juniors rescató un empate en Tucumán gracias a un tanto marcado por Walter Bou en el minuto 90. El 1-1 le genera al Xeneize la chance de que sus competidores se acerquen en la tabla, pero el desarrollo del juego puede llegar a ser más valioso que el puntaje debido a cómo el Xeneize logró llegar a la igualdad.
Los viejos vicios volvieron. En un partido que recién arrancaba y en el que había una leve superioridad para Boca, el equipo repitió el error de la Supercopa y le regaló a su adversario un gol que cambió la dinámica del encuentro. Fue en una pelota parada, con el Xeneize marcando en zona y achicando, que el pase encontró en soledad a un Toledo que le ganó en la carrera a Goltz y que se aprovechó de un Rossi que quedó a mitad de camino. Ya en desventaja, los del Mellizo tuvieron sus chances de igualar, pero Pavón y Wanchope erraron lo imposible.
Emanuel Reynoso terminó siendo la gran figura de Boca. Su ingreso fue determinante para cambiarle la imagen a un equipo que continuaba con la apatía de la Supercopa. El cordobés jugó por primera vez por la derecha, puesto en el que lo hacía en Talleres, algo que le permitía actuar a pierna cambiada y así tener la cancha siempre de frente. Con su entrada también se modificó lo táctico, pasando a jugar con un 4312 en vez del 4231 que incomodó a Wilmar Barrios al tener que compartir el medio con el errático Pablo Pérez.
Bebelo aportó fútbol y dinámica, dando muchos pases directo que sirvieron para romper los cerrojos de Atlético Tucumán. Además, fue el protagonista de un error del árbitro Darío Herrera que pudo haber cambiado la historia, ya que fue receptor de una violenta patada en el área que el juez no quiso sancionar como penal.
Otra clave para el empate fue el ingreso de Walter Bou, que terminó marcando el empate en el minuto 90 tras una guapeada de Cristian Pavón y una sesión de cabeza de Nahitan Nández. El delantero logró así romper con esa extensa racha negativa de encuentros sin poder marcar de manera oficial. Además, lo hizo justo para evitar una derrota que hubiera sido injusta debido a todas las chances claras que había tenido Boca, incluyendo tiros en los palos, atajadas de Batalla y salvadas en la línea.
La herida de la Supercopa no sanó y Boca dejó escapar dos puntos. Pero al menos el equipo logró demostrar cierto carácter y, con Bebelo Reynoso, se vio que será a través del fútbol colectivo que el Xeneize podrá recuperarse y soñar con terminar el 2018 con una sonrisa.