Punto final

Te contamos los detalles detrás de lo que puede ser una baja para el único grande.

Hace poco mas de un mes llegó a Boca un pedido de cotización por Sebastián Villa desde el Dynamo de Moscú. La dirigencia respondió que el pase estaba valuado en 15 millones de euros. Tras un año irregular del colombiano, y luego de que el xeneize se consagre campeón de la Copa Argentina, los rusos avanzaron en la negociación y finalmente todo indica que seguirá su carrera en el exterior a cambio de unos €12 millones, monto del cual a la institución le quedaría el 70%, ya que es la porción que se tiene de la ficha del delantero.

Villa llegó en Junio del 2018 proveniente de Deportes Tolima como una de los proyectos futbolísticos más destacados del futbol colombiano, y tras haber sido la figura del título que ganó su club. La operación fue por el 70% de su pase y a través de 3.500.000 millones de dólares. Ni bien tuvo minutos mostró una impresionante velocidad, explosión y muchas virtudes físicas que hicieron que se meta rápidamente en el equipo titular de Guillermo Barros Schelotto.

A tal punto pesaron sus condiciones físicas que gracias a esto, sumado a buenas actuaciones incluyendo goles en Copa Libertadores y clásicos, fue titular en la mayoría de los partidos en los ciclos de los técnicos posteriores con Gustavo Alfaro, Miguel Ángel Russo y Sebastián Battaglia.

En toda su estadía en el club, lamentablemente, también tenemos que mencionar cuestiones negativas extrafutbolísticas que convirtieron a este jugador, con justa razón, en un blanco permanente de bronca de propios y extraños. Desde cosas superficiales como publicaciones en sus redes sociales, que evidenciaban una clara falta de compromiso y de contexto del mundo Boca. En las que demostró que nunca pudo entender el concepto de ser las 24 horas jugador de la institución. Esto trajo desilusión en los dirigentes, quienes en su momento salieron a respaldarlo en reiteradas oportunidades y hasta lo habían señalado como el mejor jugador del fútbol argentino.

Este mismo año, durante el anterior mercado de pases, fogoneado por los empresarios que lo representan, decidió de un momento a otro dejar de entrenar en el club, retirar sus pertenencias y exigir una transferencia que terminaría frustrándose por la firmeza del consejo de fútbol en aceptar venderlo bajo sus condiciones, y no ante una oferta tan baja como la que llegó de Bélgica. Esta situación rompió la relación que tenía con sus compañeros, quienes públicamente mostraron disconformidad por su actuar con el grupo.

La gota que rebalsó el vaso parece haber sido la última indisciplina hace algunas semanas atrás, cuando llego a la concentración fuera del horario establecido por el cuerpo técnico y en condiciones que poco tienen que ver con un deportista profesional.

Pero si todo lo que dijimos antes puede parecer importante, nada supera la causa por violencia de género de Sebastián Villa. Una que es incluida en este análisis y que merece un párrafo aparte, con todo el repudio y consecuencias correspondientes al caso. Esta llegó el 28 de abril del 2020 cuando el delantero fue denunciado por su ex pareja Daniela Cortés por hechos de violencia doméstica bajo la carátula de “lesiones leves agravadas por el vínculo”. La causa que está abierta, cercana a juicio y en la que se espera que la justicia se haga presente. Este tipo de actitudes son injustificables y no deberían ser aceptadas en un club como Boca.

El paso de Villa por la institución no será recordado por los grandes momentos futbolísticos, sino por sus indisciplinas, sus cuestiones extrafutbolísticas y, por qué no, por haber dejado una jugosa suma de dinero en las arcas del club. Llegó el punto final de su etapa en Boca.