Reserva: con el dolor de la injusticia

Te contamos los detalles detrás de lo que fue otra actuación del conjunto juvenil del único grande.

No hay consuelo para el equipo de Sebastián Battaglia, que perdió de manera agónica una final que mereció y en la que representó de gran manera al club. La caída por 2-1 ante Sarmiento no es una foto del enorme torneo que realizaron los chicos a lo largo del semestre, en el que como hoy, aún en la adversidad intentaron siempre ir para adelante y tratar de cambiar con el juego lo que decía el resultado. En esta ocasión les tocó perder, pero seguramente en el futuro la historia cambie siguen con esa intensidad.

Boca fue más y lo logró demostrar cuando abrió el resultado con un cabezazo de Luis Vázquez. El delantero de la 2001 anotó su catorceavo tanto con el que se coronó como el máximo anotador. A partir de ahí las situaciones fueron acumulándose, pero ante una efectividad muy baja, se permitió a Sarmiento seguir con vida.

Fue así que Vázquez tuvo pase atrás a Zeballos y prefirió sacar un disparo desviado, que Mancuso también tuvo asistencia para el Changuito, pero que al rematar encadenó un blooper insólito que, tras tapada del arquero, un defensor se la llevó puesta haciendo explotar el travesaño y, en el rebote, a Molinas se la sacaron de la línea.

En el complemento hubo un mano a mano de Vázquez, un remate de Zeballos, otro de Molinas y de Vega. Boca cuando merecía el tercero antes que el segundo sufrió el empate. Lo hizo Sarmiento en una jugada aislada en la que Julián Brea sacó un disparo que, previo leve desvío en Bernardi, se coló en el primer palo de un Ramiro García que pudo hacer mas. Para peor, en seguida y faltando muy poco, Federico Paradella la clavó de manera olímpica en una acción insólita y lleno de pifias de los jugadores del xeneize.

En los segundos finales el equipo quemó las naves y tuvo un cabezazo en el travesaño de Agustín Sández. Luego el lateral tuvo un tiro libre que sacó el arquero y, en el rebote, la volvió a tapar de manera impresionante frente a Franco Cáceres. Fue así, con la nula efectividad, que se perdió el título.

Sí, Boca mereció golear y terminó perdiendo la final, provocando un sentimiento de injusticia para un grupo que merecía coronarse. Aplausos para los chicos y también para Sarmiento, que con un plantel 100% de inferiores lograron eliminar a River y, pese a no merecerlo, darle vuelta esta final al xeneize.