Boca Juniors igualó 0-0 con River Plate en la ida de la semifinal de la Copa Sudamericana 2014. Silvio Trucco perdonó varias expulsiones de los visitantes y condicionó el partido.
Hay dos análisis posibles dentro de este Superclásico. El primero es futbolístico, con un Boca que fue superior en entrega y posesión, pero que exhibió serios problemas para crear juego a partir de tres cuartos; extrañando un organizador que distribuyera con otro criterio la pelota. El otro tiene que ver con el nivel del árbitro Silvio Trucco, que favoreció a River al no expulsar a Lionel Vangioni a los cinco minutos ni a Leonardo Ponzio cuando moría el primer tiempo. El juez, que debutaba en este duelo histórico, permitió que la visita corte los pocos circuitos del Xeneize con infracciones severas, emparejando un partido que debió terminar con menos jugadores en cancha para el conjunto de Núñez.
El empate 0-0 deja un sabor extraño en la lengua de los hinchas de Boca. Lo negativo es no haber podido ganar, lo positivo es el mantener el cero en el arco, ya que de marcar en el Monumental obligará a River a ganar sí o sí, dejándolo sin la posibilidad de pasar con un empate.
Fernando Gago y Marcelo Meli cumplieron en el esfuerzo, pero nunca fueron solidarios para desmarcarse y ser un apoyo para los delanteros. Por momentos Jonathan Calleri quedaba muy sólo, chocando y ganando contra los dos centrales. También se extrañó a Chávez, que pareció jugar con una velocidad menos que en otros partidos. El Cata Díaz, Juan Forlín y Cristian Erbes brillaron en la recuperación.
La serie quedó abierta, pero Boca aún sin brillar demostró que tiene todo para superar a River y pasar a la final.