Un duro golpe

El conjunto de Julio César Falcioni cayó derrotado por 3 a 0 contra Arsenal de Sarandí y depende de otros resultados para poder llegar a quedarse con el Torneo Clausura.

Un resultado inesperado sacudió la fría noche de la bombonera.

Apenas iba un minuto y medio de iniciado el partido, cuando el jugador de Arsenal, Carlos Carbonero metió un centro al corazón del área y Emilio Zelaya abrió el marcador del encuentro.

Ese gol tempranero presagiaba lo que sería una noche fatídica para Boca.

Un equipo sin conexión, sin juego, carente de respuesta ante cada aproximación de Arsenal, es lo que se vio en uno de los peores, quizás el peor, primer tiempo del conjunto local.

Quizás Falcioni pecó en querer poner un equipo en su mayoría titular mezclado con algunos suplentes como el Pochi Chávez, Franco Sosa,  Blandi y Sánchez Miño ocupando el lugar de Erviti.  Se notó un equipo cansino, sin ideas, que a esta altura del año le pesa la cantidad de partidos que jugó y le queda por jugar.

La defensa se la notó endeble y cada pelota que picaba cerca del área de Orión era un susto para la hinchada.

A los 37 minutos de la primera etapa, en una contra manejada muy bien por el conjunto de Alfaro, Zelaya desbordó por la izquierda y mandó un centro rasante al medio del área y Leguizamón no tuvo más que empujarla y decretar el 2 a 0 con el que se cerraría el primer tiempo.

Para colmo, antes de terminar la primera etapa, se retiró lesionado Juan Insaurralde y es duda para el partido revancha de la Copa Libertadores e ingresó por él, Pablo Mouche, intentando ser un equipo más ofensivo colocándolo como volante-extremo izquierdo.

El inicio del segundo tiempo se demoró por la agresión que sufrió el juez de línea número 2 cuando se retiraba hacia los vestuarios, pero igualmente se siguió con el partido.

Boca salió con la intención de descontar rápidamente, y ese frenesí que motivó al equipo en ir hacia adelante, costó caro.

A los 11 minutos del complemento, nuevamente Leguizamón encuentra la pelota y encaró hacia el arco con la marca de Schiavi detrás suyo, pero el flaco, que no estaba en su mejor noche, lo terminó perdiendo y definió en soledad contra Orión que nada pudo hacer.

A partir de allí, Arsenal se refugió en su campo, sabiendo que tenían los 3 puntos casi seguros y con 35 minutos por delante.

Boca fue desmotivado en busca de algún descuento que no pudo conseguir y Arsenal aprovechó los espacios que dejaban constantemente los volantes y defensores, pero debido a la pésima puntería de los jugadores visitantes, el xeneize se salvó de lo que pudo haber sido una goleada aún mayor.

Finalizado el encuentro, la hinchada despidió al equipo con una ovación y sabiendo que no hay tiempos de lamentos, ya que el jueves juegan contra la Universidad de Chile, el equipo de Falcioni deberá concentrarse en el objetivo más cercano, que es la Copa Libertadores.

El torneo doméstico quedó casi como una epopeya de lo que pudo ser la triple corona, pero mientras haya posibilidades matemáticas, no hay que dar por muerto a este Boca.