Boca Juniors sufrió un empata agónico de Banfield en el peor partido desde que llegó Rodolfo Arruabarrena al banco. Orion fue la gran figura.
Deslucido y con muchos puntos bajos. El Xeneize se fue del sur con un punto y dos pasos atrás. Las tapadas de Agustín Orion, la guapeza de Jonathan Calleri y el gol de Andrés Chávez fue lo único positivo que dejó Boca Juniors en duelo contra Banfield. El grito agónico de Terzaghi fue la espina final que dejó al equipo de Arruabarrena sin las chances de llevarse un triunfo inmerecido.
La ausencia de Marcelo Meli, y el cansancio de un equipo que viene de una seguidilla asfixiante, hizo mella en el funcionamiento de Boca. A diferencia de anteriores partidos hoy se vio un conjunto con una mayor cantidad de rendimientos bajos que altos. Los laterales fallaron constantemente y quedaron expuestos en cada uno de los avances de Noir y Bertolo. Erbes quedó siempre lejos de la zona de recuperación y Echeverría equivocó siempre sus movimientos. Lo de Martínez ya parece de ciclo cumplido.
Agustín Orion fue el gran protagonista de un Boca que quedó siempre en partido por las triples o dobles tapadas de su arquero. Sólo Jonathan Calleri con su capacidad para pelear la pelota y Andrés Chávez con su potencia fueron dignos en rendimiento. Aún así, y con ellos tres como únicos estandartes, equipo de Arruabarrena casi logra llevarse un triunfo.
El jueves se jugarán los minutos restantes del partido ante Racing, tiempo suficiente para descansar las piernas y trabajar en mejorar los errores de este encuentro. Hoy se corrió inútilmente y sin pensar, por eso durante el segundo tiempo se desperdiciaron muchas situaciones claras en contras. Un empate con sabor a derrota.