
El equipo de Marcelo Gigante batalló y quedó a un par de puntos de lograr su gran objetivo. El resultado no tapa el mérito del plantel y el cuerpo técnico.
Un desenlace cruel para un Torneo Metropolitano de excelencia para Boca Juniors. El Xeneize cayó en el juego decisivo de la final y terminó perdiendo el título frente a Ciudad por tres sets a dos (19-25/25-22/21-25/25-22/16-14). La irregularidad del equipo en los momentos clave terminó siendo demasiado, algo que le permitió a su rival lograr su primer trofeo en la historia de esta competición.
Pese a la derrota hay que aplaudir a Marcelo Gigante y sus jugadores, que a través de un gran nivel rompieron todos los pronósticos llevando a Boca a pelear un título que parecía imposible por la falta de apoyo de la dirigencia. Este torneo, más allá de que no se culminó con la vuelta olímpica, es un llamado de atención para la comisión, que deberá replantearse seriamente el regreso del Xeneize a la Liga Nacional.
Con un poco más de esfuerzo, este cuerpo técnico demostró que merece la oportunidad de pelear en Liga y así dejar a Boca en el lugar que merece; ese que lo ha hecho un grande de este deporte en la Argentina.

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