Te contamos los detalles detrás de lo que fue otro encuentro para el único grande.
Boca Juniors igualó por 1-1 con Gimnasia (LP) en Rosario y se metió en la semifinal de la Copa Argentina al ganar el partido por medio de la tanda de penales. El Xeneize arrancó ganando con un gol de Aaron Anselmino, mereció más, no fue certero, el Lobo empató en una pelota parada pero desde los doce pasos Leandro Brey hizo historia al tapar cuatro y le dio el pasaje al conjunto de Fernando Gago.
Para este partido hubo tres cambios en Boca. Gago decidió variar el sistema a un 4231 y puso a Tomás Belmonte por Cristian Medina, a Exequiel Zeballos por Kevin Zenón y a Leandro Brey por Sergio Romero. En la primera parte se vio un encuentro muy intenso, con Gimnasia pegando demasiado y el árbitro Baliño perdonando tarjetas. De hecho, Norberto Briasco, delantero del Xeneize cedido en La Plata, terminó esta etapa de milagro y sólo por deseo de la terna.
Fuera de la táctica y de las polémicas arbitrales, Boca logró irse al descanso por 1-0 gracias a un gol de cabeza de Anselmino. La acción llegó en segunda jugada de pelota parada, tras una recuperación de Exequiel Zeballos, un mejor pase para Luis Advincula, control y centro genial del peruano que terminó siendo asistencia.
Pese a la ventaja, para el inicio del segundo tiempo Fernando Gago decidió poner a Kevin Zenón y a Marcelo Saracchi, reemplazando a Lautaro Blanco y a un Brian Aguirre que había tenido buenos 45 minutos iniciales. Lamentablemente el inicio del complemento se demoró por una disputa entre las dos hinchadas. Una que fue escalando, que hubo represión policial y el cruce de la barra de Boca a la platea para intentar buscar justicia por mano propia. Todo parecía indicar que se suspendería el juego por cómo escaló la violencia, ahí fue cuando de manera inesperada apareció la figura de Juan Román Riquelme. El Presidente bajó del palco y se metió en el medio del conflicto, logrando con su intervención que se calmara la situación y que se pudiera completar el partido.
En el complemento Boca creció en oportunidades y tuvo varias muy claras para empatar. Primero fue con una doble de Zeballos que tapó el arquero Ledesma. Luego vino un centro bárbaro del Chango que Cavani estalló al travesaño y un centro atrás de Merentiel inexplicable. La Bestia tenía pase a Edinson y remate, pero no eligió ninguna y dejó pasar una ocasión increíble.
Justo ahí, en el mejor momento, vino una pelota parada, Brey quiso cortar el centro, quedó cortó y entre Marcos Rojo y De Blasis llegó el inesperado empate. Gago, que había pasado del 4231 al 433 con la entrada de Pol Fernández por Cavani, volvió a varias el esquema para parar un 442 con la entrada de Milton Giménez por Zeballos y Nicolás Figal por Ignacio Miramón.
Pese a la variante que podría ser defensiva, Boca tuvo otras dos ocasiones importantes. Una con un pase atrás de Advincula para Figal, quien controló dentro del área y remató desviado. Luego con una pelota que bajó Tomás Belmonte y que le bloquearon a Giménez en el área chica cuando estaba por rematar.
Se vinieron los penales y la locura de Brey. El arquero adivinó el primer disparo de De Blasis, pero fue tan bien ejecutado que no pudo sacarlo. Marcos Rojo hizo lo mismo con Ledesma, quien pese a ir a ese palo, no la pudo sacar. Luego llegó la primer tapada de Brey ante Palacios y también la del arquero del Lobo a Merentiel. El guardián del Xeneize volvió a ser héroe y Figal puso la ventaja con un disparo abierto y muy fuerte. De nuevo el pibe se tiró a su izquierda y se quedó con su tercer remate, lo que le dio la chance a Giménez de convertir el gol clave, aunque su remate dio en el travesaño. Se llegó al quinto disparo y Gimnasia estaba obligado a convertir, pero ahí, arrojándose a su derecha, vino la última atajada que desató la locura de la mitad más uno.
Boca no merecía llegar a penales, como le pasó con Estudiantes en el primer torneo del año. El partido fue un calco por momentos, pero en esta ocasión el destino fue justo, Brey fue determinante y el club consigue una victoria que necesitaba muchísimo. Ahora habrá otro ánimo y tiempo, la semifinal será complicada por el buen momento de Vélez, pero la ilusión está intacta.