Te contamos los detalles detrás de lo que fue una lamentable actuación del Xeneize.
Boca acaba de terminar su temporada pese a que aún tiene que seguir compitiendo. El equipo se quedó afuera de la Copa Argentina en una semifinal difícil de explicar, pero que a la vez es una foto de lo que fue todo el 2024 para el club. De la ilusión a la desolación, de la épica al fracaso, todo en novena minutos y siempre con el mismo desenlace negativo.
Un equipo perdedor. Responsabilidad de la dirigencia a la hora de armar un plantel así y del entrenador de empujarlos a cometer otro papelón. Boca arrancó siendo mejor que Vélez, tuvo una chance clarísima que desperdició Zeballos por un mal control. La pelota era del Xeneize, pero ellos en la primera que tuvieron se aprovecharon del desajuste entre Advincula y Figal, Brey tapó un balón, y en el rebote no perdonaron.
Como suele pasar, tras el golpe el equipo queda tambaleando y quedó al borde del nocaut. Vélez, en un centro sin peligro, se encontró con el 2-0 gracias a un despeje fallido de Figal que se clavó en el ángulo. Casi de inmediato, vino otro envío al área, Brey dio un rebote insólito y Romero le erró al arco vacío.
Parecía que sería un papelón rotundo, uno peligroso por la posibilidad de que la diferencia fuera grotesca. Gago intentó cambiar la historia y partió al equipo en un 424 con el ingreso de Giménez por Miramón cuando recién iba media hora de juego. Como suele pasar con este equipo, la esperanza brotó cuando Pol Fernández salió entre varios a pura anarquía y el centro malo de Saracchi se transformó en gol gracias a un cabezazo impecable de Cavani.
Eso sí, con el descuento vino de nuevo la casi auto destrucción y un aviso de lo que pasaría después, porque Belmonte perdió la pelota y Advincula tuvo que cortar una contra jugando con la expulsión. En un tiro libre que Aquino de milagro no transforma en el tercer cuando el tiempo estaba cumplido.
En el complemento siguió la locura, porque Gago no sacó a Advincula pese a que Echeverría en su interpretación evitó su expulsión. El peruano, como contra Cruzeiro, metió una patada totalmente insólita y sin contexto que le costó la amarilla y dejó a Boca con un hombre menos en un partido trascendental. Ahí el técnico sacó a Zenón y puso a Barinaga, parando un 423 con doble nueve.
Todo estaba dado para la caída, pero el orgullo de Cavani y la calidad de Zeballos hicieron que por un momento la épica apareciera en escena. El uruguayo en una misma acción relevó a Belmonte y a Saracchi, para luego aparecer como extremo por izquierda y tocar con el Chango, quien hizo un jugadón de otro partido a pura gambeta puso el 2-2. El equipo, pese a tener un hombre menos, siguió yendo al frente y en un córner, con centros del 7 y asistencia de Baringa, vino el 3-2 por medio de Toto.
Faltaban menos de diez minutos para el final, la épica estaba ahí. Pero todo se derrumbó tras los cambios, porque Gago sacó a Zeballos y a Cavani, que eran los mejores junto a Pol Fernández, y que estaban fundidos. Pero en vez de poner piezas que permitieran que el equipo siguiese con la misma línea, apostó a la línea de cinco y sin chance de atacar, porque puso a Di Lollo y Delgado.
Si bien desde el mensaje Gago apostó a defenderse en vez de tener la pelota o salir de contra, y armó un equipo que no tenía otra característica más que la de aguantar. No se puede rotularlo como el gran responsable, porque Vélez en cinco minutos metió dos goles cuando estaba muerto. Porque los dos fueron en el área chica y dejaron expuesto a este plantel de ser dueños de un aura perdedora.
Cuando volvieron a sacar ventaja los de Vélez hicieron lo que los de Boca no pudieron: durmieron el partido, hicieron tiempo y no se jugó más. Fue una derrota más insólita para un grupo que se repite en duelos clave, como pasó con Estudiantes en la semifinal de la Copa de la Liga 2024 o con Cruzeiro en la Sudamericana. Siempre por errores no forzados, con fallos estúpidos y con una actitud derrotista imposible de explicar.
Se falla desde el Presidente hasta el último de los jugadores. La temporada 2024 fue lamentable y aún quedan tres partidos en el que el único objetivo pasa por ver si se clasifica a alguna copa. Hay que trabajar mucho, desde Riquelme y el Consejo de Fútbol, pasando por Fernando Gago y su cuerpo técnico, pero terminando en este plantel amargo y con miedo al éxito.
Nicolas RN
28 noviembre, 2024 at 00:45
Vergonzoso el planteo vergonzoso el plantel. Pese a ellos merecimos aunque sea penales. Espero que gago empiece a pedir refuerzos por q jugando así, no dura seis meses. Somos un equipo mediocre.
Riquelme el máximo responsable tb tiene que bajarse del pedestal y entender q le queda poco si esto sigue así
Sergio
28 noviembre, 2024 at 01:22
Por fin una crítica a la dirigencia.
Bastas de focas con los aplausos no se puede manejar al UNICO GRANDE.
GAGO sos de piedra no cerres más los partidos después de este desastre cerra el orto.
Y al que la tiene más larga que no de más nota a la prensa es una maquina de comentar boludeces que se dedíque a ser presi ,no sabe nada de futbol es igual al binguero.
Mostro el que pone y elije a los jugadores y el sistema es el dt el responsable es el x que si no tiene jugadores para jugar como el quiere para que agarro este puesto.
Es tibio no dt para el UNICO GRANDE