Terminaron las obras en la platea baja, donde se reemplazaron las butacas celestes por azules, dejando todo el templo de pintado de los colores xeneizes. Enterate que arreglos siguen y mirá las imágenes a continuación.
Luego del parate por la pandemia, Boca retomó las obras en La Bombonera. Y, antes del primer partido de local luego de 6 meses, se logró terminar con la primera de las modificaciones planteadas: la platea baja está toda pintada de azul. Atrás quedaron las butacas celestes, que se combinaban con pasillos amarillos y el sector de vitalicios pintado de dorado.
Para lograrlo, se trabajó durante tres semanas y la dirigencia logró un canje con un fabricante de butacas. Así, el sector L tiene el mismo color que los sectores populares bajos ubicados atrás de los arcos, conocidos como «tribunas de socios».
Luego del partido ante Libertad, donde el templo también tendrá banderas azules y amarillas adornando los palcos con agradecimientos en diferentes idiomas al personal de salud de todo el mundo, se pretenden retomar las obras. La idea es terminar de renovar la pintura de la tribuna media y empezar a retirar los alambrados, tanto de la Segunda Sur como de la Tercera Sur (tribuna de Adherentes). También se pretende sacar los alambrados de las populares bajas, pero eso depende en parte de una autorización del Gobierno de la Ciudad.
Según contó Carlos Navarro, el presidente del Departamento de Obras del club, la idea es llegar a diciembre con toda la cancha remozada y con una mayor capacidad. Cuando se termine de hacer popular toda la tercera bandeja norte, la capacidad llegará a casi 58.000 espectadores. Es una suba de un 20% con respecto al año pasado, donde la capacidad oficial era de 49.000 personas.
Sin embargo, para el proyecto fuerte de ampliación, que consiste en construir tres tribunas en el lugar donde se encuentran los palcos, habrá que tener paciencia. El plan de la «Bombonera 360» sigue adelante, pero a paso lento. Según las declaraciones de los propios directivos de Boca, la pandemia retrasó todo, aunque se está avanzando con el primer paso, que es la financiación del proyecto. Se pedirían créditos a instituciones bancarias que sean financiados con la venta de abonos y palcos, sin comprometer el patrimonio del club. También, resta una negociación con los vecinos de atrás de los palcos, donde muchos quieren vender, otros se oponen y varios prefieren otros proyectos de remodelación.
¿Qué opinas de la nueva cara del templo?
