¡Acá está papá!

Te contamos los detalles detrás de lo que fue otra demostración de grandeza.

Boca Juniors superó otra vez a River Plate en el Monumental y extendió su paternidad. Fue por 1-0 con un gol de Sebastián Villa y gracias a una actuación deslumbrante de Agustín Rossi en el arco. El xeneize sumó por segundo partido consecutivo y se prendió en la lucha alta del torneo, al quedar empatado en puntos con Estudiantes de La Plata.

Se habló mucho en la semana de la camiseta amarilla de Boca, de la superioridad de River, que las casas de apuestas daban como claro vencedor al local, pero en la cancha el partido fue lo que se esperaba: un partido parejo, con los de Núñez teniendo más la pelota y pocos espacios para jugar.

River en los primeros minutos tuvo dos remates desviados de Álvarez que llegaron por pérdida en salida de Boca, que dividía o se excedía en la gambeta en vez de acelerar. Pol Fernández quedó tapado por Barco y eso imposibilitó la salida limpia como contra Estudiantes. Para colmo, cuando Boca rompía con Ramírez, le cobraban falta en ataque en vez de amonestar a De La Cruz.

En ataque a Boca le costaba también porque Villa no estaba atento, quedaba mucho en offside y no jugaba sin pelota. Además, Benedetto claramente no estaba bien en lo físico y eso hacía que los centrales de River jueguen cómodos y rápidamente recuperen la posesión.

La más clara de la primera parte fue con una de Álvarez que Rossi le tapó en el mano a mano. La acción llegó por tres rebotes fortuitos que le quedaron al delantero de River, quien no aprovechó la chance clara y perdió ante un arquero que empezaba a hacerse gigante.

En el segundo tiempo Battaglia puso a Vázquez por Benedetto y a Figal por Advincula, quien quedó condicionado por Herrera al amonestarlo equivocadamente. El juez además le cobró varias faltas inexistente que desataron la furia de los locales ante la no doble amonestación.

En el segundo tiempo Boca se paró un poco más adelante, Pol Fernández pudo ser eje y el equipo empezó a competir diferente. El ingreso de Vázquez fue determinante, porque presionó, incomodó y se inventó jugadas como una en la que gambeteó por la banda y sacó un disparo que le sacó Armani.

El partido se pinchó, River no tenía llegadas claras y vino el golpe de Boca: Vázquez buscó a Villa, la pelota quedó larga y, ante la duda de González Pirez y Armani, el delantero colombiano gambeteó al arquero y definió a placer para poner el 1-0.

River tuvo una chance clara a los pocos segundos del empate con un cabezazo atrás que Rossi sacó al córner. Luego hubo otro mano a mano para Julián Álvarez que definió muy mal y le quedó al arquero de Boca. Ante esas situaciones Battaglia apostó a Romero por Molinas y a Campuzano por Medina, pensando en tener más la pelota.

El equipo tuvo un remate de zurda desviado de Vázquez, una tijera de Romero que no pudo conectar, y una clarísima que armó Ramírez, tapó Armani y se la sacaron de la línea a Oscar. Por su parte, River tuvo un disparo de Enzo Fernández que pegó en el techo del travesaño y un par de tiros libres de Quintero desde muy lejos que solo hicieron que Rossi se tirara para controlar.

El partido se moría y llegó la jugada más clara de River, con un pase largo de Paulo Díaz que cabeceó Palaveccino y Rossi, de manera increíble, envió al córner cuando parecía que se le metía por arriba de la cabeza. Ya en el final entró Ávila por Rojo para cerrar los cambios y el juego.

En los últimos segundo Boca durmió la pelota y sin sufrir frente a un estadio que se quedó mudo. El sonido lo aportó el xeneize cuando se escuchó el pitido final, lo que generó la violencia de los locales al arrojarle elementos a los futbolistas cuando se fueron al vestuario.

Boca ganó y sigue demostrando que ni en el mejor momento de su historia pueden achicar el historial. Con este triunfo el xeneize tiene más victorias que River jugando como local en Superclásicos, un dato que solo exhibe la enorme diferencia entre el único grande y el de la B.

Salud, Bosteros… ¡Ganó papá!