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Declaraciones

Campuzano: el nuevo soldado Xeneize

Conocé la historia de superación que ha tenido que atravesar el colombiano para poder subsistir en su país. Todo parece indicar que Jorman está moldeado para jugar en el Xeneize.

La vida de las personas tienen un sin fin de idas y vueltas, de superación, complejidades, tristeza, felicidad, sueños y, sobre todo, esfuerzo. En la primer nota realizada por el sitio oficial, Jorman Campuzano cuenta como lo recibieron sus compañeros, cuanto sufrió para llegar a este lugar, en qué posiciones jugó, dónde se probó y qué hubiera hecho si no habría sido futbolista.

La llegada a un nuevo vestuario y a este club: «La verdad que muy feliz. Agradecido. Me recibieron muy bien, el profe (Gustavo Alfaro) también. Es lo que soñaba y esperaba. Es como es Boca, grande», comentó con entusiasmo.

En cuanto a la determinación de dejar su pueblo natal, contó: «A los 15 años con dolor, tuve que dejar mi pueblo, mi vereda, porque es así, una vereda. Somos 600 habitantes nada más en Palestina. Tomé la decisión de seguir mi anhelo que es jugar al fútbol dejando a mi familia. Me fui  Bogota, me llevó mi tío. Duré solo diez días y dormí en la calle. Aún así, no me faltó comida. A niños de la calle, a señoras, siempre las trato con respeto porque siempre me enseñó mi papá. Quería volverme para el pueblo y no quería estudiar más. En mi casa no estábamos bien económicamente», agregó con tristeza.

Muchos fútbolistas tienen el sueño de serlo. Algunos llegan y otros no. La posibilidad de no llegar a ser lo que es hoy, Campuzano lo tenía latente. Ante esta chance, hay que elegir un oficio para sobrevivir, y el oriundo de Palestina comentó lo siguiente: «Si hay algo que tenía muy claro era que quería prestar el servicio. Ser soldado, por todo lo que se vivió en mi país. No es fácil llegar a la capital y no tener donde llegar. Siempre estará en mi historia de vida. No es como para dar tristeza. Si quieres un sueño, tienes que lucharlo».

Por suerte para el joven de 22 años nacido en Tamalanque pudo seguir su sueño: «En Bogota me dediqué a jugar al fútbol de salón en la calle. Ahí me vio un señor, me dijo que vaya a una escuela que él me daba todo. Comencé a trabajar. Después fui a la Equidad, jugué de 9. Un tiempo más tarde, un profesor me trajo a la Argentina para hacer pruebas (en Banfield) pero no me dejaron pasar por Migraciones porque nunca había tocado un dólar. No tenía ni para vivir dos días acá. Por suerte le caí bien al agente de Migraciones y me dejó pasar. Duré dos meses. Volví al Deportivo Pereira. Tuve que vender mi celular porque no tenía nada. Desde el primer momento me mandé de central. Pero el técnico me dijo que si me concentraba podía ser el mejor volante de Colombia, nuncás voy a olvidar eso. Me sorprendió. Dije «está loco». Después de 3 años pase a Atlético Nacional y a los ocho días jugué. Por suerte me fue bien y es lo que me ha traído aquí. He sido un guerrero. Me voy a entregar al cien por cien. Tengo mucha recuperación y si tengo que hacer jugar al equipo lo hago sin miedo a pedir la pelota», respondió con énfasis.

Sin dudas una conmovedora historia para un joven talentoso de 22 años. Por suerte para él, la vida le cumplió alguno de sus sueños y pudo ser futbolista. ¿Cómo andará Jorman en Boca? Condiciones, garra, esfuerzo y corazón se nota que tiene y es lo que pide el hincha.

1 Comment

1 Comment

  1. eduardo

    18 enero, 2019 at 17:03

    mucha suerte

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