Te contamos los detalles detrás de lo que fue otro encuentro del único grande.
Boca Juniors se metió en los cuartos de final de la Copa Argentina porque Chiquito Romero se hizo gigante otra vez en los penales. Almirón volvió a realizar cambios inexplicables que revivieron a un Almagro, club que pena en el ascenso, para que logren igualar un 0-2 y llevar todo a la serie desde los doce pasos.
El inicio fue lógico, con un equipo sin inventos y ofensivo. Un 4231 en el que titularizó por primera vez Bullaude como enganche. Si bien a Boca no le sobró el juego, la jerarquía de sus jugadores se fue imponiendo y así se empezaron a armar pequeñas sociedades que lastimaron a Belgrano. Por derecha, con el ex Godoy Cruz, Blondel y Zeballos, hubo muchas triangulaciones que fueron rompiendo el cerrojo de la visita.
El primer aviso fue con un centro de Zeballos que Cavani, y luego Janson sólo por el segundo palo, no pudieron acertar al arco de manera increíble. Rápidamente el ex Vélez tuvo revancha, con un centro que Bullaude remató de cabeza para superar al arquero y poner el 1-0.
Boca a partir de ahí se creció y mereció más. Blondel, que ya había hecho sudar al arquero con una gran atajada, tuvo revancha al conducir y sacar un violento disparo cruzado que dejó al arquero vencido y al Xeneize con un 2-0 que parecía imposible de romper.
Almirón tiró a la basura todo lo que venía funcionando para volver a caer en sus caprichos y su falta de personalidad para manejar las cargas de los jugadores. Sacó a Cavani y a Janson para poner a Benedetto y Merentiel, tirando al uruguayo a la banda derecha y corriendo a Zeballos a la izquierda. La modificación no tuvo sentido, anuló los circuitos ofensivos que se habían conseguido y Almagro lo aprovechó: tras una pérdida cerca del área del ex Defensa, llegó un remate al palo y, en el rebote, el descuento de Ferreira.
Boca sintió el golpe, Almagro se creció y logró la igualdad por medio de un disparo de Maidana que se clavó contra un palo. Jugada que vino de una pelota dividida en la que Rojo calculó mal, en la que Fabra fue con tibieza a dividir, y en la que Figal no supo cortar el disparo.
Almirón intentó reaccionar con Taborda por Bullaude, pero nada tuvo sentido porque Boca dependía de un Zeballos totalmente aislado a la izquierda, sin socios, y teniendo que generar desequilibrio contra una defensa que se centró en él. Hubo una clara con Benedetto que tapó el arquero y una acción que pareció penal al Changuito por pisotón, pero el encuentro terminó igualado y todo se fue a los penales.
En la serie Chiquito Romero volvió a ser héroe al tapar el primero y el último disparo. En el medio convirtieron Zeballos, Benedetto, Figal y Rojo con suspenso. También falló Merentiel, quien perdió la confianza y el nivel que sostuvo a Almirón en sus primeros partidos, sacando un remate que pegó en el travesaño y le puso misterio a la serie por un momento.
Boca pasó porque Chiquito evitó un papelón táctico. El rival ahora en cuartos será Talleres y en una eventual semifinal el adversario saldrá de Estudiantes y Huracán. El equipo viene hace varios partidos jugando mal y, cuando tiene buenos momentos, el entrenador los arruina por sus caprichos. Almirón tiene un plantel de jerarquía, hay que dejarse de inventos y de querer descubrir lo que ya está inventado y que a este equipo no le funciona.
eduardo
10 septiembre, 2023 at 20:28
comentario simple y sencillo boca cada vez juega peor