Te contamos los detalles detrás de lo que fue otro encuentro del único grande.
Boca Juniors igualó 0-0 con Defensa en su vuelta a La Bombonera tras tres meses. Si bien el Xeneize fue superior, otra vez no tuvo ideas, se repitió en centros y desperdició la chance de acumular dos triunfos consecutivos.
Martínez insistió en el 442 y el mismo once que usó en la victoria contra Tigre. Claro, en esta ocasión su rival fue un Defensa que supo en el primer tiempo defender alto, presionar en el medio y tener mayor tenencia al retroceder con su arquero.
Boca no tuvo frescura y los ajustes de Martínez, como poner a Blondel cerrado y recibiendo de espaldas en el medio cuando atacaba, no funcionaron. El Xeneize fue previsible, abusando de los centros, algo que Defensa leyó y aprovechó para no sufrir.
En ese tiempo Boca tuvo una sola clara, con un enorme pase de Zenón a Benedetto. Acción que el Pipa controló muy bien, pero cuando quiso definir de zurda intentó una emboquillada muy complicada. En esa parte también hubo polémica, porque el árbitro Jorge Baliño cobró un penal insólito para Defensa que, por suerte a través del VAR, él mismo anuló.
En el complemento Boca mejoró en el juego porque recuperó más rápido la pelota y generó más situaciones, siendo algunas muy claras, como un anticipo de Merentiel, un tiro al travesaño de Blondel, uno de Benítez desviado y uno de Figal en el área chica.
Martínez intentó desde los cambios solucionar la falta de juego. Entraron Bullaude, Langoni y Saralegui, pero el técnico no varió el sistema y mantuvo el 442. Sobre el final puso a Briasco y a Fabra, exponiendo al colombiano que se llevó u a silbatina histórica. En ese momento el equipo sintió el repudio y Defensa tuvo su única situación, una que por suerte salvó Zenón.
Boca empató, mereció más, pero dejó la sensación de que el no poder cerrar ese enganche que se buscó, más lo timorato del esquema del técnico, puede ser un problema grande si no se busca solución.