Los jugadores de Boca Juniors vivieron el Superclásico a puro sentimiento. Tanto en el centro del Monumental con 60.000 hinchas de River Plate mirándolos, como en el vestuario, desataron un festejo bien azul y oro.
Germán Delfino pitó el final del partido y Riquelme salió corriendo con hielo en su rodilla, y una sonrisa de oreja a oreja, en búsqueda de Gago para abrazarlo e ir juntos hacia el círculo central. Ahí, en pleno Monumental, se encontraron con el resto de sus compañeros para desatar la locura Bostera. Son jugadores, pero saltaron y gritaron desaforadamente como hinchas el clásico hit «riBer, decime qué se siente» ante la atónita mirada de 60.000 locales enmudecidos.
Así vivió Boca el final del partido:
La alegría no se detuvo ahí, en el vestuario otra vez la pasión estalló por las venas de toda la delegación Xeneize a pura fiesta.
Mirá la intimidad del vestuario:
No era un partido más, fue una semana muy complicada para los jugadores de Boca. La mayoría con problemas físicos, otros con gripe y fiebre como Orion, o con la carga de jugar sabiendo la triste del fallecimiento de un familiar como le sucedió al Cata. Los jugadores Xeneizes salieron a dejar la vida en el Monumental. Por ellos, por los miles que fueron a apoyarlos al hotel y los que los alentaron desde todas partes del mundo. Y cuando consiguieron el objetivo, lo festejaron así, a puro corazón Bostero.
Vicente Roca
8 octubre, 2013 at 09:51
Ver esto y decir:
-Gracias pá, por hacerme hincha de Boca