Boca ganó, goleó y gustó en el triunfo ante Excursionistas por 4-0. Viatri, Ledesma y Blandi en dos oportunidades, marcaron los goles Xeneizes. El Chaco vivió la fiesta en la que el campeón reinante hundió a la cenicienta del torneo.
Mil cosas se podrán decir con el diario del lunes sobre esta actuación de Boca. No faltarán los negativos y los «anti» que dirán que no se le venció a nadie, que el rival no tenía calidad, que cualquier equipo de primera podría hacer lo mismo, entre otros argumentos estériles y llenos de envidia. Otros, lo más optimistas, sacarán la bandera de que ahora el conjunto de Bianchi está para ganar la Champions League. La realidad es que había una diferencia notoria en la previa por las distintas categorías en la que ambos clubes juegan, pero también es cierto que el Xeneize se encargó de justificar dentro del campo esa distancia. Con buen juego, teniendo paciencia, intentando hacer ancho el campo, la victoria de esta noche deja esperanzas para un futuro mejor.
Era el partido de su vida para Excursionistas. Los jugadores del Villero salieron a la cancha con el corazón a pura emoción y adrenalina. Intentaron con actitud, y un exceso de juego brusco, equiparar las enormes distancias técnicas y físicas que tenían con los jugadores de Boca. El equipo del bajo Belgrano llegó a este partido como la gran cenicienta del torneo. Es que en las ediciones modernas de la Copa Argentina nunca había sido derrotado, en la primera, la del 2012, había caído por penales ante Olimpo, pero no en los 90 minutos. Y en esta, no había sufrido ni un gol en contra. Es por eso que la victoria Xeneize, pese a las diferencias de categoría, cobra valor por la contundencia y la calidad de la misma.
Se pueden escribir muchos párrafos de este triunfo, pero para hacerlo hay que ir a un momento clave del partido. Nahuel Zárate demostró en una jugada la importancia que tienen los laterales en el fútbol. El juvenil llegó hasta el fondo, desbordó con un buen amague a su marcador, levantó la cabeza y tocó al corazón del área para que Lucas Viatri convierta el primer gol del partido. Decisión, profundidad y capacidad para terminar las jugadas correctamente. Eso es lo que hizo Zárate, el lateral izquierdo del equipo, y gracias a eso, Boca pudo destrabar un partido que pudo haber sido mucho más complicado.
Después de abrir el marcador llegó la expulsión de Carpintero por una patada criminal a Erbes. Los nervios de los jugadores de Excursionistas los llevaban a abusar de la fuerza en los intentos por recuperar la pelota. Antes, el árbitro Rapallini no expulsó a Sotelo pese a que este realizó una durísima falta que ya merecía la roja.
Con diez, las esperanzas del rival terminaron por derrumbarse, Boca comenzó a jugar a placer, teniendo la pelota, tocando por abajo y haciendo ancho el terreno. Viatri manejaba bien los hilos en una posición de enganche que no es la suya naturalmente. Blandi empezaba a aparecer en escena, primero le realizaron la falta en el área que terminó en el gol de Ledesma de penal. Luego le anularon un gol en offside, y convirtió otros dos – golazos – para cerrar la goleada por un contundente 4-0.
Más allá del triunfo, y de haber avanzado en la Copa Argentina, lo más gratificante de la noche fue la ideología con la que Boca intentó, y consiguió, llevarse la victoria. Una vez más el equipo comienza a dar señales de una mejoría notoria, ahora habrá que mantenerla en el tiempo y ante adversarios que hagan más fuerza.
Boca comenzó su sueño de obtener el tricampeonato en este torneo (ganó las dos únicas ediciones de este certamen en el 69 y en el 2012). Ahora habrá que esperar por ver quién será el próximo rival, éste, saldrá del partido que jugarán Central Córdoba y All Boys.