Boca le ganó a Atlético Rafaela por 2-1 en la Bombonera gracias a los golazos de Riquelme e Insúa. El Burrito Martínez la rompió y la gente bancó a Bianchi antes del partido.
Se necesitaba el triunfo en casa después de la derrota ante Newell’s, y también hacía falta demostrar el verdadero sentir del hincha. Cuando Boca salió a la cancha, la gente recibió al equipo con una ovación sincera y contundente hacia su entrenador. Es que durante toda la semana algunos medios le apuntaron al Virrey intentando instalar la versión de que los Xeneizes se habían cansado de él. Con ese respaldo, el equipo salió a la cancha con el ánimo por las nubes y pensando únicamente en ganar.
Boca demostró virtudes y errores de los partidos anteriores. Cuando Riquelme o Martínez tuvieron la pelota, el equipo desbordó a Rafaela y exhibió su mejor juego. Pero cuando ellos no aparecían, el equipo perdía rápidamente la pelota sin tener la capacidad de recuperarla con facilidad, y sufriendo otra vez a la espalda de Marín. Aún así, se puede hablar de una evolución colectiva. De a poco las fallas se achican y los aciertos pesan más.
El primer gol de la jornada llegó por una jugada poco común. Adrián Bastía tocó muy exigido hacia atrás y casi comete un gol en su arco. Provocando que Conte, el arquero de Rafaela, tuvo que utilizar sus manos para impedirlo. El árbitro Delfino, no expulsó al uno de Atlético, pero si sancionó un tiro libre indirecto por pase atrás a un metro de la línea de gol. Riquelme lo ejecutó con maestría y puso a Boca 1-0 arriba. El capitán, para reforzar la banca a Bianchi, fue corriendo a saludarlo con la mano y un abrazo.
El gol le dio confianza a Boca, pero cuando parecía que llegaría el segundo, sobre el final del primer tiempo, un cúmulo de errores finalizó con el inmerecido empate de Atlético Rafaela. Albertengo apareció por el centro para aprovechar que el Cata Díaz lo habilitó y marcó su primer gol en Primera.
Para el segundo tiempo Carlos Bianchi dispuso un cambio clave: puso al Pichy Erbes por la derecha y utilizó a Pablo Ledesma como volante central en lugar de Ribair Rodríguez. Ese enroque táctico elevó el nivel de Boca, volviéndolo un equipo parejo para tacar por ambas bandas y dejándole más espacios al Burito Martínez para encarar.
Un caño espectacular del Burrito ha Depetris fue el inicio del segundo gol de Boca. El delantero salió con un lujo y lo buscó a Riquelme, el enganche verticalizó con Blandi y fue a buscar la devolución, el nueve prefirió tocar al centro de primera encontrándolo otra vez a Martínez que, también a un toque, se la cedió a Insúa para que anote con un zurdazo feroz, el 2-1 para el Xeneize.
Con el resultado a su favor, Bianchi cerro el partido y puso un 4-4-1-1 que dejó sin consuelo ni peligrosidad a Rafaea. De esta manera Boca logró su segundo triunfo en tres partidos que le permite seguir soñando con ser campeón.