Boca Juniors sumó su segundo triunfo consecutivo al derrotar a Racing por 2-1 en Avellaneda. Los goles los marcaron Juan Sánchez Miño y Cristian Erbes.
Había mucha expectativa en este clásico, no por ver a dos clubes gigantes, si no para ver una derrota de Boca y hacer valer el peso del cuarto poder. Lamentablemente para ellos, el Xeneize volvió a ganar y sumó su segunda victoria consecutiva para quedar a cuatro puntos de la cima del campeonato. Los goles de Sánchez Miño y Erbes sirven para llenar de esperanza a todo el mundo azul y oro. En medio de una catarata de críticas y rumores, la unión hizo la diferencia.
El juego no fue el mejor, pero tras una semana dura y llena de rumores había que conseguir el triunfo. Boca lo logró porque cuando tuvo la pelota siempre fu más prolijo que un Racing con ganas pero sin ideas. La presencia de Riquelme, de mal partido, sirvió para que Gago y Sánchez Miño se soltaran y pudieran jugar con menos responsabilidades y soltura. Ellos fueron los responsables de los momentos más lúcidos de un equipo que abrió el partido con un gran gol, de mérito colectivo que definió el volante zurdo con su pierna menos hábil.
Pese a terminar el primer tiempo en ganador. Lo peor de Boca se mostró, como en muchos otros partidos, al inicio del segundo tiempo. Ahí Racing apretó al fondo azul y oro y cambió los insultos de sus hinchas por aliento. El empuje de la Academia fue premiado con un empate desde los doce pasos: Saja marcó de penal luego de que el Cata Díaz agarrara en el área a un defensor local.
Carlos Bianchi movió las piezas y mandó a la cancha a Luciano Acosta por un Riquelme cansado por el trajín de dos partidos en tan poco tiempo. Inmediatamente Boca reaccionó y encontró en otra buena jugada colectiva el segundo gol por medio del Pichy Erbes.
Con mucho por mejorar y superado muchos demonios internos, el Xeneize volvió a ganar y suma triunfos para construir un presente totalmente distinto al de hace unos días atrás. Juntos, contra todos, a lo Boca.
javi
10 marzo, 2014 at 06:58
Muy antiRiquelme! Dejemos de desunir con notas como estas