Despedimos a uno de los más importantes futbolistas que han pasado por la institución.
Lamentablemente llegó ese día que ningún hincha de Boca esperaba: falleció Silvio Marzolini. Para contextualizar a los más jóvenes amantes del Xeneize, se fue uno de los jugadores más brillantes que alguna vez hayan pisado La Bombonera. Un lateral por izquierda de elite, considerado por la prensa como el mejor de todo el planeta en su posición durante su tiempo. Fanático desde chico, campeón como jugador y como entrenador, fue una de las verdaderas leyendas que han hecho más grande la institución. Hoy, a sus 79 años de vida y tras luchar por mucho tiempo con una enfermedad, dijo adiós.
Marzolini se inició en Ferro, institución que lo formó y en el que debutó en primera división. Tras apenas una temporada Boca lo compró para iniciar su gran sueño de jugar en el club de sus amores. En esa transacción también llegó Tarzán Roma, otro ídolo gigante que durante años brilló en el arco. El 3 de abril de 1960, justo en la fecha aniversario de Boca, se dio su primer encuentro con la azul y oro; lo hizo de titular, completó los 90 minutos y logró la victoria por 2-1 frente a Estudiantes de La Plata.
En el 2015 este medio se dio el gusto de poder conversar con él.
Seis fueron los títulos que ganó como jugador, que se dividieron en cinco torneos locales (Campeonatos 1962, 1965 y 1966; Nacional 1969 y 1970) y la primera Copa Argentina (1969). Llegó a la final de la Libertadores de 1966, en donde Boca cayó con el poderoso Santos de Pelé. Representando al club jugó los Mundiales de Chile 1962 y el afamado Inglaterra 1966. Ya retirado dirigió al club en dos ocasiones, consiguiendo junto a Maradona el Metropolitano de 1981, y quedando a un paso de repetir la hazaña junto a Diego en 1995. También supo estar al comando de las inferiores, donde pudo compartir parte de su sabiduría.
Su amor por Boca fue tan grande que rechazó múltiples ofertas para irse a Europa, negándose a jugar en el Milan, Real Madrid y otros conjuntos importantes de ese continente. Sin dudas que uno de sus momentos más felices fue en el Nacional de 1969, ya que lo consiguieron en el Monumental y él se dio el lujo de dar dos veces la vuelta olímpica. Primero lo hizo con todo el equipo, teniendo que interrumpirla la celebración por la apertura de los grifos del césped. Al pasar los minutos, totalmente solo, volvió a salir al campo para darse el gusto y así poder cerrar el recorrido triunfal frente al estadio del enemigo.
En total Marzolini llegó a convertirse en el tercer jugador de la historia de Boca con mas partidos oficial en el club con 408. Por delante suyo solo se encuentran Roberto Mouzo (426) y Hugo Gatti (417), quienes lograron superarlo en este récord recién en 1983 y 1984, respectivamente. Por si fuera poco, Silvio solamente fue suplente en uno de todos estos juegos; y apenas no completó los 90 minutos en 6 de ellos, incluyendo el que arrancó desde el banco y dos en los que fue expulsado (ambos ante River). Marcó 10 goles, siendo Estudiantes de La Plata, justo el equipo contra el también tuvo su debut en el Xeneize, su víctima preferida con tres gritos. Los otros se los marcó a Racing (2), San Lorenzo (1), Independiente (1), Vélez (1), Universitario de Perú (1) y Atlanta (1).
Contando los amistosos su cifra en partidos crece mucho más debido a que apareció 214 encuentros de este tipo, alcanzando un total de 622 juegos con Boca. De esos duelos de preparación, en 208 fueron de titular, solo 8 los protagonizó desde el banco y completó 172. Ahí marcó otros tres gritos, repitiendo como en los oficiales contra Atlanta (2) e Independiente (1). Lo curioso es que solo vio una roja en estos choques y fue contra River, siendo el único rival contra el que se fue expulsado en su extensa estadía en la institución.
Otro de sus récords personales fue, hasta la aparición de Riquelme, el ser el fubolista del club con más encuentros en La Bombonera de la historia de Boca. Silvio tenía 193, pero Román lo superó y terminó llegando a 206. Pese a que el 10 lo pasó, él tuvo un gran gesto de grandeza al entregarle en medio del estadio una plaqueta en la que marcaba que Román se quedaba con el que fuera su récord.
Fanático de alma, Marzolini no se perdía casi ningún partido y era uno de los más files en La Bombonera, a la que iba junto a varios de sus grandes amigos y ex compañeros, destacándose su relación con otra leyenda del club como Antonio Rattín. Hoy todo Boca lo llora y espera que él siga eterno alentando como siempre, pero ahora desde la cuarta bandeja.
¡Muchas gracias, Silvio!
Ricardo
17 julio, 2020 at 14:38
Gracias por los momentos inolvidables que nos brindaste a los boquenses Silvio!! QEPD
eduardo
17 julio, 2020 at 15:27
Una triste Noticia se nos fue un grande, en todo sentido
MAICO
17 julio, 2020 at 21:29
Que descanse en paz
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