Ilusión perdida

Se terminó el campeonato para Boca Juniors, cayó con Arsenal 3-1 como visitante y quedó muy lejos de la pelea por el título.  Llegó la hora de reflexionar y pensar en el próximo 

Parecía utópico y a veces posible. Las chances de ser campeón se alimentaron exclusivamente de los resultados que, con mucho esfuerzo, logró Boca a lo largo de estas dieciséis fechas. La realidad apareció esta noche y golpeó en la cara al Xeneize: derrota con Arsenal por 3-2, una más que se suma a la de San Lorenzo y Newell’s, dejando expuesto al equipo de Bianchi en los duelos con los otros candidatos. Entre las lesiones, los errores propios, y la imposibilidad de dar continuidad a una formación, se terminó la ilusión.

Esta noche el equipo no dejó la versión esperada para un partido de esta importancia. Si bien Boca pareció mejor en el inicio, e incluso tuvo una clara situación con Riquelme, Arsenal en la primera oportunidad no perdonó. Silvio Trucco inventó un foul cerca del área y amonestó al Cata Díaz por una protesta dejándolo afuera del próximo partido por llegar a la quinta tarjeta. De esa jugada llegó un gran gol de Aguirre para poner a su equipo arriba por 1-0.

La desventaja golpeó el ánimo de Boca, que pasó de dominar a ser dominado. Arsenal otra vez explotó sus oportunidades y encontró el segundo en una gran definición de Caraglio que llegó tras varios fortuitos rebotes. La suerte no sólo fue decisiva en esa jugada, sobre el cierre el primer tiempo Riaño tuvo el descuento, pero el palo, con pique en la línea incluido, se lo negó.

Sorprendió que Bianchi no hiciera cambios ofensivos en el arranque del complemento. Aún así, su equipo logró el 1-2 gracias a un cabezazo magistral de Caruzzo. Pero Arsenal, que siempre parece tener una carta más bajo su manga, logró un tercer tanto, en su primera ocasión en ese tiempo, por medio de Carrera para poner una nueva distancia de dos goles.

Por varios minutos se vio a un Boca desdibujado, ido, bajoneado e impreciso. Fue ahí que Bianchi apostó por Paredes y el pibe respondió a la confianza renovando la energía del equipo con su participación. Con él en cancha, se creció y se llegó a un nuevo descuento, de Riaño (primer gol el club), que  alimentó las esperanzas de cara al final.

Campestrini, el palo con Gigliotti y la mala puntería evitaron el empate. Boca perdió, se despidió del campeonato, pero dejó una imagen más dulce en el final del encuentro que generó una sola pregunta: ¿no se podía arrancar el partido con Paredes y Martínez de entrada?

Habrá mucho para trabajar pensando en el próximo campeonato. En especial lo referido a la salud de los jugadores y la cantidad de lesiones que han perjudicado notablemente  al equipo. Pero también  hay varios temas para destacar y seguir perfeccionado. Con Boca las ilusiones siempre vuelven a aparecer.