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Declaraciones

«Los muchachos no quieren que la gente insulte a nadie»

El máximo mandatario de la institución azul y oro rompió el silencio y habló de todo.

Daniel Angelici se manifestó por primera vez luego de los aprietes de la barra a quienes cantaban en contra del presidente. Además, se refirió a su último año al mando de Boca, a la final perdida ante River, a la salida de Guillermo Barros Schelotto y a la renovación comandada por Gustavo Alfaro. Sus declaraciones a Olé, acá.

Su continuidad en el club:

De ninguna manera cambiaría el estatuto para seguir. Yo creo que en la alternancia en la instituciones. Estoy agradecido con todos los socios que me permitieron estar estos ocho años. Siempre dije que terminaba mi mandato en 2019 y volvía a mi trabajo.

Sus dos mandatos:

Estos ocho años me dieron el orgullo y el honor de ser el presidente de la institución más grande de América, el club al cual amo, y he venido a trabajar con muchas ganas y lo haré hasta el último día. Vamos a dejar un club mucho mejor del que encontramos en todos los órdenes. Por ejemplo un centro de entrenamiento importante y reformas realmente muy valiosas.

Me quitaron tiempo. Tiempo de trabajo, tiempo de familia… Te resta toda esa energía, que te consume un club como Boca, en el que tenés que estar siempre al 100%. Hace siete años que no voy a mis empresas y muchas veces me privé de irme de vacaciones con mi familia porque estaba el libro de pases abierto. Este año no fui ni siquiera a la Costa por quedarme acá con el mercado. Me llevo el reconocimiento de algunos socios y puteadas de otros. El fútbol es muy exitista. Pero me llevo conmigo mismo la tranquilidad de que fui un presidente que siempre vino a trabajar y trató de armar los mejores planteles.

Me voy tranquilo. Porque más allá de no haber podido ganarlas, hemos llegado a las finales de dos Copa Libertadores. Y es complicado llegar hasta ahí. Después, hemos puesto en la vitrina del club cinco copas más en estos siete años y me hubiera gustado ganar todo. No creo que lograr la Copa me hubiera hecho el mejor presidente. Y por no haberla ganado, creo que tampoco soy el peor. Fui un presidente que trabajó honestamente, con errores y acierto, y que no utilizó nada de la institución para beneficio personal, ni el coche, ni la tarjeta de crédito, ni el teléfono. Al club hay que venir a aportarle, no a sacarle.

Los insultos de la gente:

Porque el dolor de no haber ganado la final justo contra tu clásico rival es grande. Y entiendo que el hincha, no todos, pero una parte que viene a la cancha, tiene que canalizar esa bronca con alguien físico. Y ese alguien físico soy yo. Y está bien que así sea. No me gustaría que vengan a insultar a los jugadores o a un cuerpo técnico, prefiero que me insulten a mí, porque soy el que tengo la mayor responsabilidad. Si bien no entro a la cancha y no pateo tiros libres, ni cabeceo, entiendo que soy la cabeza del club. No me gusta que me puteen, pero lo tengo que aceptar.

El fútbol es sinónimo de exitismo, pero muchos hinchas me valoran en la calle tener el club ordenado económica y financieramente, las obras que hicimos, el gimnasio nuevo, la pileta de recuperación y el centro de alto rendimiento, que están a la altura de los grandes clubes europeos. También haber comprado las dos manzanas y media de Casa Amarilla. Pero bueno, faltó algo que yo estaba convencido que con trabajo e incorporando buenos jugadores íbamos a lograr, que es la Copa Libertadores. Y no lo hemos logrado. Si nos hubiera tocado perder con Gremio, habría dolido también. Pero fue con River y esto duele más. A mí me duele todavía. Estábamos a 23 minutos, siempre fuimos arriba en el partido, pero el resultado es el que termina mandando, hemos perdido esta final y hay socios a los que les cuesta digerir eso. Y después sumale, porque no soy ingenuo, que es un año electoral. En la cancha empieza un grupo de 20 ó 30 a insultar, y muchos alrededor se suman.

Los aprietes de la barra:

No me gustó eso. Y lo hice saber.

Y sí, pero a ver… Sé cómo funciona el club, sé que los muchachos, que denominan de la barra, no quieren que la gente insulte a nadie. Ellos quieren que la gente venga a alentar. Pero a mí no me hacen ningún favor y por eso he reforzado los ingresos a las plateas: no puede entrar más nadie que no sea plateísta. Ellos a veces tienen el pase para colgar las banderas, pero lo estamos restringiendo.

No sé si fue una iniciativa de ellos o si los mandaron. Sólo sé que eso a mí no me beneficia. Al contrario, me terminó perjudicando. Aparte estamos en un año electoral, hay suspicacias. El club es de los socios y si ellos sienten que me tienen que insultar, lo harán.

Su accionar durante la final:

A esta altura no sirve arrepentirse de nada. Yo era de los pocos que pensaban que jugar en la cancha de River, con la presión de su gente, nos beneficiaba. No era lo que creía la mayoría y uno tiene que aceptarlo. Lo único que yo quería era que no se jugara ese día (el de la agresión al micro en las afueras del Monumental) porque había jugadores que no estaban bien.

Sin injerencia en el armado del equipo:

No me corresponde. Sí muchas veces cuando terminó el partido hice preguntas por algunos cambios… pero no, no. Creo que cuando vos vas a buscar a un cuerpo técnico le delegás todo, confiás en su capacidad. Y ellos son los que tienen que hacer su trabajo. Ningún técnico va a poner a alguien que no esté al 100%.

Su vínculo con Barros Schelotto:

Desgaste hay en toda relación cuando vos estás casi tres años en el día a día trabajando en un club como Boca. Después, yo soy un agradecido de Guillermo. Lo fui a buscar, no dudó ni un minuto, salió campeón dos veces, llegó a la final de la Copa… Con el diario del lunes el fútbol siempre va a ser discutir si era con este jugador o con el otro. Pero él tenía su esquema y yo estoy convencido de que él hizo lo mejor.

Decepcionar… No. A veces uno puede coincidir o no en el armado del plantel y más con la cantidad de jugadores que teníamos en ese momento. Pero decepción, para nada. No es fácil ganar dos títulos seguidos en el fútbol argentino y llegar a la final de la Copa. Pero le aportó mucho al club y no tengo ninguna duda de que en el futuro va a volver a ser técnico de Boca. Antes de arrancar esta parte del torneo me escribió para desearnos suerte. La decisión de no renovarle fue porque yo sabía que después de perder una final iba a ser muy difícil levantar a muchos jugadores en la parte anímica, así como había algunos que habían cumplido un ciclo y que debía darse un recambio en el plantel.

No llegamos a hablar de su continuidad porque en la primera charla que tuvimos en mi casa yo le dije cuál era mi postura: iba a ser muy difícil llegar al 4 de enero y ver las mismas caras después de una final. El club necesitaba un cambio de DT y de varios jugadores.

El lugar de Tevez:

Yo lo que puedo decir en este tema es que así como tengo un gran afecto personal por Carlos, lo tengo por Guillermo. Pero las decisiones pasan por el cuerpo técnico y yo siempre le dejé en claro que iba a respetar cualquier determinación que tomara. No es la función del presidente del club decir este jugador juega, éste no, a éste lo llevás a la pretemporada, a éste no… Hubo algún momento en el que la relación estuvo un poco tensa, pero como ha pasado en otros años con distintos entrenadores que yo tuve y algunos jugadores. Tiene que resolver el técnico salvo que se trate de una situación límite.

Son dos ídolos del club. Y Carlos sabe desde el momento en que volvió que lo hacía para sumar. Y vos podés sumar en la cancha, en el banco o en el vestuario. Cuando vos tenés la trayectoria de Carlos Tevez, no necesitás estar en el campo de juego para aportar a un plantel. Los años, la experiencia, la trayectoria, es un elemento valioso. Después, en el día a día, es como en cualquier trabajo: no todos son amigos, no todos se llevan bien, pero el objetivo del club era claro y hemos ganado dos campeonatos y llegamos a la final de la Copa. Es lógico que perdiendo salten algunas cosas que cuando vos ganás, sigue y sigue.

La venta millonaria de juveniles:

Son mercados… El Pity Martínez no tenía el pasaporte comunitario y Balerdi sí. Hay una falta de centrales importante en el mundo. A mí me costó mucho vender a un chico. No me gusta. Lo vendo cuando sé que no tengo ninguna posibilidad de retenerlo y Balerdi tenía una cláusula de rescisión de su primer contrato que era de 10 millones. Se iba a ir de cualquier manera. Entonces tuve que hacer la mejor venta posible para el club, pero no fue algo que me pusiera contento. No me enorgullece vender a un jugador de 19 años. Hay que inculcarles a los chicos que lo mejor que le puede pasar es triunfar en Boca y después irse a Europa a seguir su carrera.

Se puede hacer una apuesta, pero depende del cuerpo técnico. También influyen mucho la familia y el representante del jugador. Ningún chico, cuando aparentan ser distintos al resto, está dispuesto a estar a un año en la Reserva o de suplente. Y hoy la globalización hace que haya muchos videos recorriendo el planeta, muchos veedores, muchos clubes que les ofrecen contratos con mucho más de lo que cobran acá y por eso se entusiasma el jugador, el representante y, mayormente, la familia. Se te hace difícil reternerlos, porque tienen contratos básicos por cinco años y a lo mejor cobran 10 mil dólares por mes y afuera les ofrecen 800.000 euros…

Yo no tengo dudas de que Boca es el club más grande de la Argentina. Y se puede ver en cualquier encuesta. Es el de mayor cantidad de socios, tiene más cantidad de seguidores en redes, se venden más camisetas de Boca que de River. Esos son datos de la realidad, que no los cambia el resultado de un partido. Son los dos clubes grandes de la Argentina y tienen su importancia en Sudamérica. Cuando viajo por el mundo siempre me encuentro con una camiseta de Boca, es un club conocido mundialmente, tiene 18 títulos internacionales y han salido muchísimos jugadores de acá y eso te da prestigio. Por todo eso sigue atrayendo a los mejores sponsors.

El momento crítico del club:

Es un gran error. Ningún club toca fondo cuando cerrás balances positivos, cuando todos los años hacés inversiones importantes, cuando triplicás el patrimonio del club, cuando sos actualmente el bicampeón del fútbol argentino, cuando hacés compras internacionales, cuando tenés el plantel que tenés. Tocar fondo es estar último en el tabla, tocar fondo es perder la categoría o acogerte a ley de salvataje de clubes… No tiene sentido pensar que tocamos fondo por perder la final.

A Boca siempre se le exige más, y no lo digo yo, ya lo dijo Armando en una frase que sigue vigente: “Los goles que más se gritan son los de Boca. Los segundos goles que más se gritan son los que le hacen a Boca”. O sos de Boca o sos anti Boca.

La nueva etapa de Alfaro:

Me da la impresión de ser una persona en una edad justa, que tiene muchos años de experiencia, y a la que le toca por primera vez estar en un club importante como Boca. Como toda persona que no viene del club le va a llevar un tiempo adaptarse y encontrar el esquema que está buscando.

No me gustó la imagen que dejó el equipo contra Defensa.  Y eso es el fútbol: habiendo sido superior, Defensa terminó perdiendo. A veces jugás bien y no ganás y a veces jugás mal y terminás ganando. Pero sobre todo el primer tiempo, fue un dominio total de Defensa con una velocidad distinta a la nuestra.

La plantilla azul y oro:

Yo creo que tenemos buen plantel y jugadores de jerarquía. Falta un poco más de trabajo y a lo mejor nos está faltando un enganche que haga jugar al resto. Lo estuvimos buscando pero no es fácil traer a un jugador de esas características. Y para sumar alguna apuesta, el cupo te va limitando porque hoy Argentina se puede fijar en el mercado de Colombia, de Chile, de Uruguay, pero no se puede fijar ni en Europa ni en México, que es una liga competitiva con clubes de muchos recursos.

El bajón de Pavón:

Son momentos que pasan los jugadores. Para mí, Cristian es un gran jugador, hubo muchos clubes que se lo quisieron llevar. Le pusimos una cláusula que hoy parece excesiva, pero era una manera de blindarlo porque había equipos dispuestos a depositar los 25 millones que valía su salida.

La proyección de Beccacece:

Me parece un técnico joven que está muy preparado. Por lo que sé, le pone 16 ó 18 horas de trabajo en el lugar, es un apasionado. Habría que ver después su falta de experiencia. Yo lo conozco de la Selección, hablé varias veces con él. Es una de las grandes promesas que tiene el fútbol como técnico. Pero tiene que demostrar. A veces es más fácil dirigir a pibes chicos que venir a un club como Boca, donde tenés un plantel con un promedio de edad de 28/26 años que a lo mejor no los hacés jugar como a los pibes de Defensa. Igual, eso no le quita méritos a Beccacece, que hace jugar bien a su equipo.

Las chances en la Copa:

No escuché la frase que dijo Cali…. Pero Boca es Boca y siempre tiene la obligación de ser protagonista, siempre va a ser candidato. El equipo todavía no está funcionando como el técnico pretende pero con el tiempo va a encontrar a los 11 titulares que necesita y vamos a ser protagonistas de la Libertadores.

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