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Declaraciones

Matías Rodríguez: «En el gol de Silva grité ¡Vamos Boca, Carajo!

El lateral derecho de la Universidad de Chile surgió de las inferiores del Xeneize, pese a que enfrentará al club que le formó con aspiraciones de ganarle, reconoce que le tira el corazón.

La primera y última vez que Matías Rodríguez jugó en la Bombonera, el 13 de mayo del 2007, le fracturaron la tibia y el peroné. Oscar Regenhardt le había concedido la 4 de Boca en un partido de Reserva contra Arsenal. Rodríguez caminó el césped como tantas veces lo había soñado, se miró el brillo de la camiseta, miró la platea, la popular, y a los 20 minutos le pusieron una plancha que le rompió todo: la tibia, el peroné, el sueño, el debut y el futuro inmediato en el club. “Me acomodé para rechazar una pelota y el tipo me dejó la patita”, cuenta ahora el lateral -o volante, o wing- de una Universidad de Chile que se plantará en La Boca con la irrespetuosidad de los mocosos. Cinco años, un mes y un día después de aquel grito y aquella lesión, el potenciado y conocido Rodríguez (de regreso de su primera vez con la Selección de Sabella) querrá vengar su viejo primer sueño, el de toda la vida: romperla en esa cancha que espiaba desde las ventanas de la pensión.

-¿Veinte minutos en cancha, nada más? -Veinte minutos. Me quería matar. Hacía algunos meses había vuelto del Aucas de Ecuador, adonde me habían dado a préstamo, y Russo, Miguel Russo, me pidió para que hiciera fútbol con la Primera. Le había faltado alguien, seguro, y bueh: ahí fui. “No pegués patadas, vos jugá tranquilo”, me aconsejó. A la semana debuté en Reserva. A los 20 minutos me lesionaron. Al otro día, pensé: “Dejo todo”.

-¿El fútbol? -Sí, todo. Tenía 21 años. Después me recuperé, me tranquilicé, qué sé yo. Eso sí: había entendido que mi destino no sería Boca. Lo entendí o me convencí, no lo sé. Y me fui. Te digo más: no sé si me puse contento cuando el club me dejó libre.

-¿Y ahora? -¿Y ahora? No lo puedo creer. Tenías que verme cuando Santiago Silva le empató 1-1 a Fluminense en Brasil. “¡Vamos, Boca, carajo!”, grité.

-¿Para tanto? -Lo festejé por hincha, aunque al toque me avivé: “Ah, pará, a lo mejor jugamos contra ellos”.

-Contra nosotros.

-(se ríe) Soy hincha de Boca yo, de toda la vida. Me crié en La Boca. Toda mi familia es de Boca.

-Un Boca que en la Bombonera, y por la Copa Libertadores, ha minimizado a cada equipazo.

-Sí, pero la U no va a achicarse. La U puede lastimar a Boca porque jugamos a un ritmo mayor, un ritmo al que no están acostumbrados. Tenemos que plantarnos en la Bombonera. Haremos un gran partido.

-Justo lo que mejor hace Boca: desinflar el ritmo del rival.

-Si presionamos como sabemos, se les va a complicar. Todo el mundo habla de cómo presionamos. Y cuando Boca intente atacar, lo mismo: ahí aparecerá la mejor U. Ya le ganamos a Flamengo, que tiene unos jugadores bárbaros. ¿Por qué a Boca no? -Mientras en el fútbol argentino sólo podemos disfrutar de un Boca sencillo, la U de Chile apuesta al toque, la sociedad, la presión, la velocidad. ¿Qué tan difícil es lograr ese estilo? -No hay que tener miedo a jugar. Eso primero. Y tampoco a perder. Nosotros atacamos y atrás queda un defensor, solo, mano a mano, un defensor que puede perder si le tiran un pelotazo, seguro, pero bueno, es el riesgo de atacar y atacar. La última línea tiene que achicar, siempre, hasta la mitad. ¿O Puyol no se para en el círculo central? Así, si te la roban, al toque la tenés de nuevo. Sampaoli nos pide que todos salgamos jugando, laburamos con bloques de presión sostenida, intentamos no reventarla nunca, es muy difícil que veas un pelotazo en la U. Porque más cerca estás, menos corrés. Los partidos los terminamos cansados, pero nunca fusilados. Cuando se habla de trabajo se sobreentiende que es trabajo defensivo, y el equipo que más labura en el mundo debe ser el Barcelona.

-Empezaste tu carrera de 4, jugás de 8 y a veces terminás de 9…

-Pedido de Sampaoli, que me pasaba videos de Dani Alves: “Mirá cómo tira las diagonales, cómo pasa por la espalda. Eso quiero”. Y el loco va, llega, está siempre. De 9, de 7, pero siempre tengo que llegar. Pienso que Boca es el mejor rival para demostrar y demostrarnos que nuestro fútbol puede triunfar.

-Otra vez.

-(se ríe) Otra vez…

 

Fuente: Olé

1 Comment

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  1. cris

    14 junio, 2012 at 16:12

    muy linda la nota,pero…Matias elegi de que lado estas.

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