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Torneo Inicial

Nietos nuestros

Boca jugó muy mal, pero volvió a demostrar la enorme paternidad que tiene con River. Iba perdiendo 2-0 a falta de 15 minutos para el final del partido. Apareció el peso de la historia y llegó el agónico empate 2-2. Silva de penal y Erviti anotaron los goles.

La expectativa de ver a Boca brillar en un Superclásico duró 60 segundos. Justamente el tiempo que le tardó a Ponzio vulnerar a un inseguro Orion. River Plate aprovechaba en un tiro libre mal ejecutado, y muy lejano al arco, el error grave del arquero Xeneize para ponerse 1-0 arriba. El golpe duró unos minutos más, y el equipo local casi lo aprovecha en un par de envíos aéreos en los que el uno de Boca volvió a fallar.

Mientras Boca era un equipo lento, largo y que centralizaba el juego. River jugaba con velocidad y casi sin pasar por la mitad de campo yendo directamente de área a área. Falcioni había diseñado un esquema que favorecía al Millonario; y el Xeneize lo sufría. Sobre todo cuando Mora jugaba a las espalda de Albín para atacar directamente a Schiavi y hacer pesar la diferencia de velocidad.

El complemento encontró a Lautaro Acosta desde el arranque. Clemente dejó el equipo y Sánchez Miño – de flojo partido – se corrió al lateral izquierdo. Los primeros minutos marcaron una actitud diferente del equipo que hacía ilusionar con ver otro juego.

Sánchez Miño debía irse por una luxación en su hombre y por él ingresó Nicolás Colazo para improvisarse como lateral izquierdo. River le sacó provecho a esa situación y lo atacó con Carlos Sánchez. El uruguayo tomó un pase de Trezeguet – de pésima actuación – y encaró al zurdo Xeneize para, a último momento, dejar solo a Mora contra Orion. El delantero gambeteó para afuera al arquero y definió frente al esfuerzo de Schiavi y Burdisso para poner el 2-0.

Todo parecía terminado. El equipo jugaba mal y no tenía alma, ni rebeldía para dar vuelta el resultado. River comenzaba por primera vez en lo que iba del partido a florearse y casi marca el tercero. Pero cuando faltaban 15 minutos, Silva le ganó por primera vez a Pezzella haciendo que el balón le quede a Lautaro Acosta, González Pirez lo bajó en el área con una patada burda y Lunatti cobró el penal. El centro delantero uruguayo se hizo cargo y no falló: remate cruzado y fuerte que Barovero no pudo atajar.

Falcioni – que fue expulsado en el entretiempo por tardar en salir – mandó a la cancha a Leandro Paredes para buscar el milagro. El juvenil le aportó al equipo la paciencia que necesitaba para pensar la jugada. En una contra, tuvo la pelota, buscó pase y no lo encontró, mantuvo la pelota, amagó, miró y encontró abierto por derecha a Lautaro Acosta, el delantero recibió y envió un centro al área que Silva interceptó con el pecho, el rebote le quedó a Erviti y Boca gozó. El zurdo definió de primera entre las piernas de Barovero y puso el empate final ante River, una vez más el Xeneize le arruinaba la fiesta al Millonario.

Boca no jugó bien y el ciclo de Falcioni parece terminado. Con él hay varios jugadores que deberán acompañarlo por sus bajas – y constantes – actuaciones. Pero todo eso habrá que pensarlo mañana, hoy hay que celebrar que otra vez quedó claro quién es el papá.

1 Comment

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  1. cris

    29 octubre, 2012 at 12:43

    Se acabo la suerte angelici.Se fue Roman

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