Pitanazo

Boca perdió ante River Plate un partido en el que mereció llevarse un triunfo cómodo. El árbitro inclinó la cancha y permitió un gol con offside y otro de un corner inexistente. Además no le sancionó un par de penales al Xeneize. Riquelme la rompió, marcó un golazo y sufrió una derrota inmerecida.

Decisivo e influyente. Néstor Pitana fue el factor determinante que ayudó a River Plate a lograr un triunfo en la Bombonera luego de diez años. El árbitro falló en los dos goles del equipo de Ramón Díaz al no sancionar un offside claro de Teo Gutiérrez – culpa del línea también – en la jugada previa al gol de Lanzini y al cobrar un corner inexistente que terminó en el segundo marcado por Funes Mori. Además, el juez, no sancionó un penal de Balanta a Gago y otro del lateral izquierdo de los de Núñez a Luciano Acosta. Como era de esperar, Boca sumó una nueva derrota ante este árbitro y la estadística ya marca una tendencia clara: en 22 encuentros con él como máxima autoridad el Xeneize apenas ganó cuatro encuentros y sufrió once derrotas.

Hubo un partido más allá del árbitro, en el que Boca Juniors fue superior a River con un gran nivel de Juan Román Riquelme y el Burrito Martínez. El Xeneize tuvo más la pelota y logró las mejores situaciones de gol. Pero como viene sucediendo en los últimos tiempos, y más allá de los errores del árbitro, falló en las áreas con la ineficacia de Gigliotti y las manos blandas de Orion; dejando pasar una nueva chance de sumar un triunfo importante y ante un clásico rival.

Duele porque es un clásico y porque hubo fallos importantes de la terna arbitral que inclinaron la balanza. Pero Boca jugó un buen partido en líneas generales de las que debe agarrarse para seguir mejorando y terminando de encontrar la identidad. Eso sí, habrá que hacer mucho hincapié en la definición y en la solvencia para defender las pocas situaciones que tienen los adversarios.