Sin ritmo

Boca Juniors cayó contra River Plate en un amistoso disputado en Córdoba. El equipo no jugó bien y el árbitro volvió a ser determinante.

Dos formas de entender el partido se manifestaron en la cancha. Por un lado se vio a un Marcelo Gallardo desesperado por un triunfo estéril que paró a mayoría de titulares. Del otro estuvo Rodolfo Arruabarrena con un equipo suplente y lleno de jugadores neesitados de minutos tras meses de inactividad. El resultado fue un amistoso mal jugado en Córdoba en el que River logró ganar por un escueto 1-0 en el que no faltaron las polémicas.

De un tiro de Fuenzalida para Boca llegó lo mejor de River en una gran jugada colectiva que culminó con el gol de Lucho González, diferencia que perduraría hasta el final del encuentro. Tras ese 1-0 Boca entró en un pequeño lapso de locura en el que el árbitro Beligoy fue determinante; primer no expulsando a Chiarini por un claro penal sobre Magallán, luego mal amonestando al central Xeneize y a Sara, para luego omitir un golpe hartero de Viudez y sí sacarle la roja a Monzón. En apenas segundos el juez condicionaba al equipo de Arruabarrena sacándole una chance clara para empatar y dejándolo con uno menos con más de 60 minutos por jugar.

En la segunda parte, en especial con el ingreso de Palacios, Boca tuvo varias chances para empatar pero Chávez las desperdició. River, que tuvo uno más, sólo tuvo una con Saviola y luego se dedicó a dejar pasar el tiempo hasta el pitazo final.

Fue un mal encuentro de un equipo sin ritmo contra un rival que lo jugó como si fuera el duelo de días atrás por el torneo local. Arruabarrena prefirió cuidar piernas pensando en el verdadero objetivo: ganar en Avellaneda y poder gritar campeón una vez más.