Un amistoso insólito

Durante la derrota ante el Puebla ocurrieron un par de hechos llamativos y para destacar que marcan lo que fue el partido.

Se respiró y se vivió como un amistoso. La bizarra noche mexicana quedó expuesta por algunas situaciones nunca vistas en un partido profesional. Sí, el ante el Puebla dejó más que una derrota por las curiosos situaciones que ocurrieorn y excedieron a lo futbolístico.

De entrada ocurrió un hecho burdo que parecía escrito por un guionista de una película de Adam Sandler. Cuando Boca salió a la cancha el partido se demoró durante más de 10 minutos porque el árbitro Orozco no lo quería arrancar hasta que Orion cambiase su buzo por el parecido en el color con el de la camiseta del Puebla.

En medio del debate entre los jugadores de ambos equipos con el árbitro, se lo pudo escuchar al juez Orozco hablar de la posible suspensión del partido si Orion no cambiaba su vestimenta. La exagerada reacción del árbitro no medía el contexto del amistoso, el viaje hasta allí de la delegación de Boca ni el motivo de fiesta que sentían los hinchas del Puebla por la inauguración de su nuevo estadio.

El insólito episodio terminó con un final acorde: Orion regresó del vestuario con un buzo celeste, pero que en su espalda tenía el 31 y el apellido de Sara, que fue tapado por una cinta. Lo llamativo fue que Orozco no siguió con su rectitud reglamentaria, ya que la ropa del Xeneize era muy similar a la suya y por éso podría haber mantenido su decisión de retrasar el inicio del encuentro.

La otra situación ocurrió a los 30 minutos de la primera parte. Fue cuando el Puebla realizó más de un cambio y uno de los jugadores que ingresaron lo hizo con el número ¡285! en su espalda.

Boca fue a México a juntar dinero y se llevó de recuerdo dos hechos difíciles de olvidar.