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Torneo Final

Un empate, dos puntos perdidos

Boca sigue sin poder ganar en la Bombonera, igualó 1-1 con Argentinos Juniors pese a haberse puesto arriba con el gol de Santiago Silva de penal. El campeonato local parece haberse terminado para el Xeneize.

Una nueva frustración se acumula en el corazón de cada uno de los Bosteros. Es que Boca otra vez no pudo lograr vencer en su estadio, la Bombonera parece haberse convertido en un lugar cómodo para los rivales, dejando de ser aquél lugar que genera pánico en los visitantes. El cruce ante un Argentinos Juniors que no conocía la victoria en este campeonato parecía la ocasión ideal para regresar al triunfo en casa. Pero no, fue empate, aunque con la sensación de haber sido la pérdida de dos puntos y no la suma de uno.

Las cosas comenzaron bien, los primeros minutos generaron cierta ilusión. Aún con las ausencias de Riquelme, Erbes, Clemente, Viatri y Burdisso, Boca salió a la cancha con buenas intenciones futbolísticas. Nicolás Colazo dejaba señales de que podía volver a ser aquél prometedor volante por izquierda vertical. Junto al Burrito Martínez y el pibe Zárate, lastimaban la defensa del Bicho por la banda zurda. En un tiro libre cerrado, el mismo Colazo, envió un centro pasado buscando a Ribair, el uruguayo fue tomado en el área. El árbitro no dudó y sancionó el penal. Santiago Silva, que venía de errar con Rafaela,  no falló y marcó el 1-o.

Lejos de agrandarse con el gol, Boca se comenzó a replegar contra su propio arco, dejándole la pelota a Argentinos y perdiendo el liderazgo del juego. Como en casi todos los equipos de Caruso Lombardi, flamante técnico del Bicho,  la pelota parada es un arma temible. En un corner, Ledesma fue cortinado y perdió la marca en el primer palo, la pelota atravesó el área chica y le quedó servida a Matías Martínez para empatar el partido. Antes, en una mala entrega del volante Cordobés, Emilio Hernández, con previo desvío de Caruzzo, le rompió el travesaño a Orion. El Xeneize se encontraba sufriendo en un partido en el que su peor enemigo, era el propio equipo en si mismo.

Ni siquiera la igualdad logró la reacción de un grupo que parece no tener la suficiente personalidad ni rebeldía que Bianchi necesita. Apenas las ganas del pibe Sebastián Palacios sirvieron para intentar elevar el ánimo de un Boca sin horizonte. Sánchez Miño y Blandi también ingresaron, aunque con poco tiempo como para cambiar la ecuación.

La imagen final que dejó Boca esta noche es que el equipo no tiene reacción ante la adversidad. Habrá que esperar a ver qué equipo pondrá el Virrey para el choque por la Copa Argentina. ¿Será el nuevo desafío ante la imposibilidad de luchar por el Torneo Final?

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