Boca Juniors derrotó a River Plate con un gran gol de Franco Cristaldo. Con suplentes y juveniles, el equipo de Rodolfo Arruabarrena fue superior y un claro vencedor.
Se les terminó el cuento. Allá lejos quedó ese 2014 en el que los resultados les sonrieron como nunca. Esta noche la alegría volvió a ser para Boca, el verdadero amo de los Superclásicos. Con una gran actitud, el equipo de Rodolfo Arruabarrena arrinconó a River Plate demostrándole desde el comienzo que quería quedarse con el partido. El gol de Franco Cristaldo sirvió para cerrar un 1-0 justo y que sirve para que el Xeneize tenga un año ganador.
Presión alta y gran esfuerzo colectivo. Desborde y gambeta por las bandas, con Carrizo y Pavón. Buen toque de espaldas de Gigliotti. Juego y quite, con Cubas, Pérez y Cristaldo. Una defensa sólida con Burdisso y Chiqui. Laterales que apoyaron, con Colazo y Fuenzalida. Un arquero que debutaba y demostró que está para cuidar los tres palos, como Sara. En definitiva, Boca fue un verdadero equipo y ahí se encontró la clave para que todas las individualidades rindieran en gran forma, llevando a River a la mínima expresión en el primer tiempo y en casi todo el partido.
Un enorme desborde de Fuenzalida por derecha, tras pared con Pavón, continúo luego por izquierda con Carrizo, que tocó para el medio para que Pablo Pérez aporte claridad y una asistencia que Franco Cristaldo transformó en gol. Ancho por ambas bandas, preciso y punzante por el medio, efectivo en el área. Todas esas características se exhibieron en un bellísimo tanto con el que Boca superó a River en el marcador final.
Más allá del fútbol la fricción volvió a estar presente. Vangioni lesionó a Pavón con una doble patada sucia, recordando lo que ya había hecho con Martínez en la Copa. El lateral de River vio la amarilla, logrando su merecida expulsión recién en el final del segundo tiempo y tras otra entrada fuerte a Emmanuel Gigliotti. Néstor Pitana volvió a tener un arbitraje tendencioso, como cuando echó a Adrián Cubas por dos faltas menores y en el mejor momento de Boca. Pero en esta oportunidad, pese a las malas decisiones del juez, el nivel colectivo del Xeneize fue tan grande que no permitió que el resultado no sea otro que un merecido triunfo.
Se terminó la rachita, la casa está en orden otra vez.
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26 enero, 2015 at 01:03
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