Boca Juniors jugó el peor partido del año y cayó contra Olimpo por goleada en Bahía Blanca. Pérez Guedes en dos oportunidades y Vuletich marcaron los gritos del Aurinegro para el 3-0. El Xeneize dejó pasar una gran chance de quedar segundo y extrañó muchísimo a Riquelme, Gago y Orion.
Si uno invitara a una persona que no conozca nada del fútbol argentino a ver el Boca que enfrentó con Vélez y después le mostrara el vídeo del Xeneize contra Olimpo no creería que está viendo el mismo equipo. Así de cambiante, así de irregular, así de esquizofrénico es el equipo. Los de Bahía Blanca jugaron su mejor partido posible, resaltando todas su virtudes y encontrando en su primera aparición de peso, el gol. Justamente esa situación se ha vuelta una constante en contra del conjunto azul y oro en todo el 2013, permitiéndole a los conjuntos rivales hacer más simples los planes previos.
Tras la falla del Cata Díaz llegó la gran jugada de Rosales y el grito de Pérez Guedes. Boca arrancó perdiendo el partido y desde ahí todo se convirtió en una pendiente, en una pesadilla. Una de las peores imágenes que dejó en este partido no pasó por el resultado contundente, sino por lo flaco que fue en la actitud y en lo anímico. El ejemplo más claro fue cuando en el segundo tiempo Sánchez Miño reventó el poste y casi logró la igualdad. Lejos de agrandarse e ir con todo por el empate, el equipo se cayó y se diluyó dentro de la cancha.
La efectividad volvió a ser decisiva para Boca. Como contra Vélez el gol tempranero de Ribair ayudó a que el equipo brillase, hoy otra vez volvió a sufrir un grito tempranero de su rival que lo dejó cuesta arriba y con la obligación de reaccionar. Sin Gago, Orion ni Riquelme, el Xeneize no encontró un líder que lleve las riendas ante la necesidad.
Una noche sin destaque. Boca Juniors se fue goleado de Bahía Blanca con la sensación de que hay mucho para cambiar.