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Boca es un equipo anémico

Te contamos los detalles detrás de lo que fue otro encuentro del único grande.

Los jugadores de Boca Juniors volvieron a fallar en una tarde en la que debían responderle a Russo. La Bombonera, la gente y la dirigencia hicieron un homenaje emocionante, pero el plantel volvió a demostrar anemia y dejaron otra vez una imagen triste en lo que fue derrota por 1-2 contra Belgrano de Córdoba.

Con el regreso de Palacios, Úbeda mantuvo la base que había plantado Miguel y el equipo en el arranque del partido tuvo el primer aviso con una chance clarísima de Merentiel. Fue tras una pared – con taco incluido de Barinaga – en la que el uruguayo remató al primer palo, sufriendo la tapada del arquero. Belgrano en era etapa tuvo sólo una, con un centro que Marchesín dejó vivo y que por el segundo palo que Compagnucci erró.

A partir de ahí fue todo de Boca, que tuvo múltiples ocasiones falladas por Merentiel y por Giménez, quienes desperdiciaron mano a mano, cabezazos y remates de frente al arco. Sí, una vez más el equipo padeció la falta de claridad de sus delanteros, como en otras fechas y que es parte de la clave de que el equipo esté sufriendo tanto en las tablas.

En el complemento Boca arrancó de la misma manera, pero todo se vino abajo en una jugada en la que Di Lollo fue a trabar y además de la pelota pisó al delantero de Belgrano. La jugada se revisó en el VAR durante varios minutos y Dóvalo sancionó el penal que culminó en el 0-1. Al rato el árbitro inventó un tiro libre en la puerta del área y, tras un centro, Leandro Paredes – de muy mal partido – se la metió en contra para el 0-2.

Así, en una ráfaga Boca tiró a la borda un partido que amagó a enderezar por el gran ingreso de Zeballos, que puso el descuento y generó varias ocasiones que no pudieron rematar. Giménez tuvo un cabezazo en el travesaño y Merentiel otro mano a mano, Dóvalo siguió con la tónica de su condicionante partido al dar sólo nueve minutos pese al descaro de la visita en perder tiempo, en las lesiones simuladas y el extensivo tramo de encuentro que el VAR se comió en la revisión del penal del 0-1.

Boca perdió un partido que no mereció, lo hizo por la anémica de un grupo de jugadores sin sangre y que en una tarde en la que volvieron a fallarle al club, pero también a la enseñanza que dejó Russo. Quedan 4 partidos para ver si clasifican a la Copa y a los playoffs, están a nada de otro papelón y de volver a dejar escapar lo mínimo. Todo depende de ellos, con lo bueno y malo que eso significa.

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