Los dos volantes entrenaron aparte por no estar completamente cerradas las negociaciones. Los dirigentes siguen en Brasil y eso retrasa las operaciones.
Federico Carrizo y Marcelo Meli entrenaron en Casa Amarilla pero no lo hicieron como parte del plantel profesional de Boca Juniors. Ambos jugadores están aguardando a que de una vez por toda se cierren los detalles para convertirse oficialmente en refuerzos para este semestre. Esta mañana debieron moverse aparte bajo las órdenes del preparador físico Pablo Santella.
El caso más sencillo es el del Pachi Carrizo, quien ya tiene arreglado su vínculo con Boca y entre los clubes por su pase. El único inconveniente pasa porque hasta que Daniel Angelici no regrese de Brasil no puede cerrarse el contrato. Se cree que esta situación se definirá favorablemente en cualquier momento.
Distinto es lo de Marcelo Meli, ahí la negociación sigue en el aire y con dos discursos bien opuestos. Por un lado en Boca muestran optimismo, pero en Colón insisten que la dirigencia Xeneize cambió todo lo prometido y que por ahora la situación parece difícil de llegar a buen puerto. La traba pasa porque Angelici y el resto de la comisión se habrían negado a pagar el préstamo (200.000 dólares) y a ceder al juvenil Cristian Pavón como se había acordado inicialmente. La oferta actual que se envió desde la Ribera hacia Santa Fe fue sin dinero y con más cesión de jugadores, algo que no le interesaría a los Sabaleros.
