Te contamos los detalles detrás de lo que fue un encuentro fundamental para el único grande.
Boca superó a Godoy Cruz en Mendoza por 1-0 y consiguió tres puntos que valen oro para la lucha por el campeonato. El tanto de Luca Langoni dejó al Xeneize como el líder parcial del campeonato, al menos hasta ver cuál es el resultado de Atlético Tucumán y Gimnasia en esta fecha.
Era una parada muy complicada para Boca por las bajas de Darío Benedetto, Marcos Rojo, Luis Advincula, Frank Fabra, Nicolás Figal, Norberto Briasco, Nicolás Orsini y Carlos Zambrano. Futbolistas que en los últimos días por lesiones y convocatorias quedaron sin la chance de actuar. Hugo Ibarra tuvo que improvisar una defensa nueva con Marcelo Weigandt, Facundo Roncaglia, Gabriel Aranda y Agustín Sández, todo con un banco de suplentes plagado de pibes y con un Godoy Cruz que no había perdido un partido de local en todo el torneo.
Pese a lo improvisado por la circunstancia, Boca salió con todo a jugar su partido e ir por la victoria. Los pibes empujaron a un equipo que desde lo anímico y la intensidad siempre supo que iba a lograr lo que buscaba. Los dos laterales, pese a su inactividad, estuvieron impecables. La dupla central dominó el área, Varela no falló un pase, Pol Fernández mostró una mejoría, Vázquez los volvió locos y Langoni fue el difeencial. Quizás la única deuda pasaba por Romero y Payero, quienes no estuvieron tan finos y eso no maximizó la superioridad del Xeneize.
Tras varias ocasiones claras, Boca logró la diferencia en el marcador por medio de Luca Langoni. El extremo, que vive un momento dulce con el gol, recibió un pase de Vázquez y, desde media distancia, sacó un disparo fuerte que se elevó por un desvío y que se clavó en el ángulo.
En el complemento Boca siguió siendo superior y, cuando el equipo se cayó, Hugo Ibarra leyó los cambios precisos. Primero reemplazó a un Luca Langoni golpeado por Maxi Zalazar, quien hizo un gran esfuerzo como extremo y volante. Luego puso a Cristian Medina por un cansado Martín Payero, modificación que renovó las piernas en el medio. Por último, reemplazó al amonestado Pol Fernández por Esteban Rolón y sacó a Óscar Romero para que debute Gonzalo Morales (2003), el goleador de la reserva puntera de Mariano Herrón.
Boca no sufrió situaciones de gol en contra y sólo padeció cuando el árbitro Echavarría dio siete minutos de agregado. No porque el Tomba generara, si no por la ansiedad de poder gritar un triunfo merecido y necesario. Afortunadamente, llegó el pitido final y el desahogo de un equipo que ante las limitaciones sigue mostrando su carácter.
Ante la adversidad, con momento de buen fútbol como el que se vio en la primera parte, con muchos pibes del club y líderes que empujan para adelante, el Boca de Ibarra sigue confirmando que va a pelear el torneo en las seis finales que quedan.
