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Torneo "Transición"

Estirpe Bostera

Boca Juniors derrotó a Rosario Central con el corazón en la mano y sin tener un juego vistoso. El equipo terminó con cinco delanteros y yendo al frente.

Un triunfo de esos que dejan la garganta ardiendo y que provocan que el pecho se infle por el esfuerzo. Así, lejos de tener una actuación lucida, Boca le ganó a Rosario Central un partido a lo guapo y por atropellada. El Xeneize levantó un 0-1 llenando la cancha de delanteros pero definiendo con Echeverría y María para lograr un 2-1 que permite seguir prendidos en la ilusión del campeonato.

Boca sufrió este tercer cruce con Central en el semestre. El equipo de Miguel Ángel Russo logró incomodar a la defensa azul y oro con pelotazos a las espaldas de los marcadores centrales y con una presión alta que anuló la distribución de los volantes. Sin Gago, el Xeneize cayó en la estrategia del visitante y, por acelerado, perdió constantemente la pelota cuando intentaba buscar el arco de Caranta. El peor momento del partido ocurrió cuando Carrizo desperdició una contra y Valencia, en el otro arco y luego de escapársele a Echeverría, no perdonó para el 1-0 del Canalla.

El cambio de Luciano Acosta fue clave, con su atrevimiento y su pegada, el volante empezó a empujar a un Boca que necesitaba dar vuelta el resultado. La expulsión de Acevedo por un codazo a Gigliotti también fue clave. Arruabarrena se aprovechó del hombre de más  y se animó a poner cinco delanteros y sólo a Marcelo Meli como contención. Ahí, a puro corazón, llegó el empate de Echeverría y el triunfo por medio de Marín, que quedó como capitán luego de que Erbes saliera reemplazado.

A lo Boca, con estirpe Bostera, el Xeneize ganó por 2-1 y sigue con la esperanza latente.

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