En una reunión muy agitada, Crespi y Segura no pudieron convencer al presidente de Vélez para jugar un partido clave para la clasificación a la Copa Libertadores. Hoy se definiría.
Pareciera que las reuniones en AFA no encuentran la forma de convencer al la máxima autoridad de Vélez, para jugar el encuentro desempate entre ambos equipos para ver quien clasificará a la Copa Libertadores.
Raúl Gámez, asegura que no se presentarán a jugar, en una reunión caliente, tanto los hombres poderosos de la Asociación de fútbol argentino, como los representantes de Boca intentaron intentaron convencerlo, ya que el garantiza que su equipo ya está clasificado por mejor diferencia de gol.
Pero tanto Juan Carlos Crespi, vicepresidente de Boca y titular del club en la entidad, como el presiente de la AFA Luis Segura, salieron a ratificar que el encuentro se va disputar en Mar del Plata, el 20 o el 25 de enero. «Lo que se le concedió a Gámez fue un formalismo, pero nada va a cambiar la decisión de Boca ni de la AFA», afirmó el directivo xeneize. Algo que el máximo responsable del fútbol argentino respaldó: «Es imposible que no se juegue. Eso fue lo que votó a AFA y se va a respetar».
Ante este escenario, resta saber qué decidirá hacer Vélez si este jueves la AFA termina confirmado que el partido se juega sí o sí. En ese contexto, si el Fortín se niega, Boca estará automáticamente clasificado y a los de Liniers podrían hasta sancionarlos con tres años sin poder disputar torneo internacionales.
Boca ya está clasificado a la Libertadores, pero en el partido podría logar ir a la fase de grupos y evitar el repechaje. En cambio Vélez, en caso de perder el desempate, se quedaría afuera de todo y Estudiantes entraría a la repesca en lugar del Xeneize, por ser «el mejor equipo argentino de la Sudamericana». Si el equipo de Arruabarrena define con el Fortín y termina pasando, integrará el «Grupo 5» en el máximo torneo continental.
